En estos días se ha vuelto a poner en el tapete, otra controversia entre Nacional y Peñarol, sobre el número de campeonatos logrados por los carboneros, recientemente.
Como lo menciono permanentemente, y a algunos les podrá gustar o no, sean del lado que sean, me jacto de tener una gran memoria para recordar que el tiempo aún no arruinó mi cabeza. Como si lo ha hecho con gente joven, perteneciente a la colectividad aurinegra, que ya no tiene idea de lo que dice.
No es cierto, aquello que se menciona muchas veces, de que una mentira dicha mil veces se transforma en verdad.
Lo real es que una mentira dicha mil veces, sigue siendo una mentira.
El Club Atlético Peñarol, antes de 1913 el CURCC, ya desde el 13 de diciembre del mencionado año miente, ¿ porqué miente ? Porque es el ley motiv de su propia existencia.
Han vivido confundidos, con fechas, con equipos, con títulos logrados, y han vivido confundidos con su propia historia.
Todo ello lo han llevado concientemente al mercado de la imaginación de la gente, y la gente, que en este país piensa poco, analiza poco, lee poco, y para colmo de males se informa muy mal. Se llega a un consumo final de errores garrafales, de desinformación y tergiversación de las cosas, y que apañado por un sistema periodístico, que no se anima a jugarse, por la verdad, tal cual es. Como vaca mañera esconde la leche y calla, pero a medias, porque lo saludan un 28 de setiembre, algo que saben no es así, aceptan que a su estadio se le llame campeón del siglo, cuando no es así, mezclan al Curcc con Peñarol juntando dos instituciones diferentes, cuando no es así, se arrogan al hablar de campeonato uruguayo 50, cuando no es así. Esto el Club Atlético Peñarol de toda la vida, el que ha vivido de la mentira, porque en el ADN de ellos, la misma está inserta.
Yendo atrás en el tiempo, Peñarol, sabiendo que Nacional no mintió jamás su fecha de nacimiento, no mintió sobre campeonatos ganados, no mintió sobre su autenticidad histórica ,y tampoco mintió que durante los primeros sesenta años del siglo anterior fue dominador absoluto en lo deportivo, sobre su rival de todas las horas.
Entonces que fue lo que ocurrió. Se lo vamos a explicar a la gente con lujo de detalles y también a la camada de periodistas jóvenes que han surgido, pero que están verdes para opinar como una común lechuguita.. Ojo algunos experientes también callan.
Cuando quien esto escribe, era pequeño, existían en las radios uruguayas, audiciones partidarias de ambos equipos, Nacional llegó a tener 19, sobre Peñarol no recuerdo, pero habían unas cuantas. Una de ellas la conducía un personaje muy peculiar, que mientras hablaba golpeaba la mesa, y como se dice vulgarmente baboseaba a mas no poder, diciendo todo tipo de disparates a granel. Ni les digo las mentiras en las que incursionaba, fiel al estilo tradicional de la institución que representaba. Ese señor, si se le podía decir señor, porque de tal parecía tener poquito, se llamó Carlos Balsán. Recogiendo papel de cualquier tipo por todo Montevideo lideró una campaña que muchos veteranos recordarán, que se llamó la Bola de Papel y que le permitió lograr fondos para la construcción de lo que hoy llaman Palacio Cr. Guelfi, pero que es mas conocido en la jerga popular como el Galpón de la calle Magalleanes. Porque la verdad, y que no se enoje nadie, es un Galpón con techos de chapa.
Balsán un argentino, loco de atar, por su manera inconsulta y fuera de lugar, atropellador, tipo desagradable en el decir para la audiencia, hoy lleva su nombre un tribuna del ya legendario Galpón, de la zona del Cordón. Balsán fiel a su condición de fanático enfermizo, también se acostumbró a mentir, continuando lo que ya venía de antes y había que seguir convalidan
Pero no fue el único en la controvertida colectividad aurinegra, hubo mas fanáticos enfermos de dolor contra el Nacional ganador de la mitad del sigo 20. No me olvido de José Valverde, de Carlos Zeni, de Fernando Parraberre, de Vidal Zaglio, de periodistas connotados como Luis Víctor Semino, pero peñarolense de pura sepa, que le costaba reconocerlo, jamás tocaba el tema del que estamos hablando. Todo lo contrario era Reyes Lerena que no negaba su condición de nacionalófilo, pero su señorío, calidad y limpieza de procedimientos quedaban fuera de su condición de hincha a la hora de los análisis, todo porque así era la gente de Nacional, diferente, limpia, condición envidiada porque la calidad y jerarquía personal iban siempre arriba.
Muchos nombre mas de los carboneros podría mencionar aquí, hubo un historiador manya Mantrana Garín, que en una publicación de su autoría le da razón a Nacional sobre muchos de los aspectos manejados en este comentario.
Ya en la era contemporánea, emulando a algunos de sus antecesores, aparece José Carlos Dominguez, del que jamás saldrá de su boca, algo mal hecho o que sea falso sobre su Peñarol. Dominguez es otro personaje desagradable en la dirigencia del fútbol y en la defensa de su institución. El miente sistemáticamente en cuanto medio de difusión tiene a su alcance. Su fanatismo lo obnubila, pero tiene cerca de su persona, gente de Nacional que le rinde pleitesía y avala directa e indirectamente enorme cantidad de disparates impropios de una persona que tenga una dosis mínima de sensates y criterio para hablar, faltando a la verdad y enredando la madeja flagrantemente como lo hace.
50 campeonatos dice Peñarol que tiene, invento, que se hizo carne, hasta en dirigentitos que no tienen idea de lo que es la historia del fútbol uruguayo. Cuando hablo de dirigentitos, me refiero a los Ruglio un desconocido muchcho al que le dan un micrófono y tira bosta sin el mas mínimo prurito. Los Areco, los Errico, cuyo padre hoy fallecido también tuvo sus agachadas. Los Rachetti, joven desconocedor dirigente manya, al que pasé a la cueva con argumentos válidos, en un programa de punto penal en canal 10, mientras me pedía por favor que no lo masacrara con nuestro conocimiento y documentación a la vista de toda la teleaudiencia
Dejo para el final a los Damiani, el padre mejor que este hijo que lo quiere emular y no puede, porque no sabe. Es un mediocre, que da rienda suelta a su poder económico y conocimiento internacional de mucha gente, para ensuciar siempre que puede, una cancha, que el mismo sabe, porque lo hace con la ironía de quien no puede disimular que fashutean y mienten. Y llevando a su entorno, a decir y marcar a fuego lo que todo el mundo sabe, fue es y será, la mentira eterna.
Se olvidó jr, de una frase célebre de su padre, que al parecer no le gusta aplicar como hace con otras.
LOS NUMEROS NO MIENTEN, LOS QUE MIENTEN SON LOS QUE HACEN NUMEROS.
Algún día gente de Nacional, hará poner las cosas en su real dimensión, datos y argumentos hay de sobra, la AUF no se podrá lavar las manos, quedando calladita.
Yo no soy un experto, lo que si soy un profundo conocedor de la historia de ambas instituciones, lo que hicieron y lo que hacen.
Y como lo dije aquí en un principio, tengo muy buena memoria.
Falta respuesta seria y responsable y de una vez por todas hay que hacerla valer. Mas allá de Comisión de Historia y Estadística, que ha trabajado y trabaja mucho pero que no trasciende como debiera, acaso por inercia de las distintas Comisiones directivas del Club.
Enrique Bello