Eran la una de la mañana de este viernes, las 11 de la noche de Lima, cuando el silbato marcaba el final de un partido con victoria tricolor, que mucho se estaba esperando y necesitando.
11 segundos bastaron para aprovechar un horror infantil de la defensa de Alianza y conseguir la apertura de tanteador, que fue resultado final, no sin sufrimiento y errores muy notorios adentro y afuera de la cancha.
Pero en este tipo de partidos lo que importa es ganar, y Nacional ganó y a otra cosa.
Una palabrita para el rival de turno, un cuadrito sin fútbol y sin alma que favoreció nuestra actuación. pobrísimo Alianza.
Eso no fue culpa de Nacional que aprovechó el changuí que le dieron durante 90 minutos, que de casualidad no fue por algún gol mas.
Siempre he venido diciendo, y los que me siguen lo saben, este plantel de Nacional tiene varios jugadores con grandes condiciones, pero les falta algo muy importante al lado, un lider referente del plantel, que mande y ordene a un montón de botijas a los que se les va la moto y se desordenan mucho.
Vecino da otra movilidad que no da Bergessio y eso cambia la forma de jugar. Veremos que hace Munúa.
Si tengo que elegir un futbolista, me quedo con Carballo, el resto hizo lo que pudo.
No me gustó eso de tirarse atrás y esperar muy cerca de nuestra área, es riesgoso y la mayoría de los equipos que lo hacen terminan o empatando o perdiendo. Por suerte Alianza una sombra de lo que fue, ayudó para este triunfo que vale mucho.
Pero como digo siempre ojo, con otros rivales, no será sencilla la cosa. Munúa en el final se salió de su libreto y dijo mas vale pájaro en mano que cien volando, defendió a ultranza e hizo que Mejía insólitamente se transformara en figura del equipo.
Ahora a volver a casa , descansar un poco y ver que hace el entrenador con el plantel, al que se ve un tanto cansado, y se viene mucha cosa. Cuatro horas de regreso en un clima mas distendido, generan una paz que hay que saber aprovechar.
Buen triunfo, en el exterior que fortifica el ánimo, de técnico,, jugadores, dirigentes y ni que hablar la parcialidad que se levantó este viernes con una sonrisa de satisfacción.
Enrique Bello
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