lunes, 25 de marzo de 2024

QUE HACEMOS CON NUESTRO NACIONAL

A cuatro días de otro clásico, que se espera de este Nacional de Recoba, tan inestable y desparejo en su rendimiento, perdiendo puntos  y quedando relegado en las posiciones locales con sólo cinco fechas disputada.  Todos pedimos que saquen a Recoba que no da pie con bola con el plantel que tiene y que está bastante completo de buenos jugadores.
Entonces nadie entiende nada, que pasa con nuestro club. Quien escribe está convencido de que quien falla y feo es el entrenador que no pone en cancha un equipo que se consolide como titular.  Cambia y cambia y cambia permanentemente de futbolistas, cambia de sistemas, cambia jugadores de puesto, no tiene un línea de juego, que la parcialidad no ve por ningún lado. 
Así las cosas, pienso que los jugadores no deben estar contentos de como los maneja, pero van a buscar entre ellos  lo mejor que tienen muchos y van a dar batalla en el clásico con gran chance de ganarlo. 
Si eso pasa, Recoba continuará y eso es lo peor que puede ocurrir para la institución, por la sencilla causa de que existen compromisos que vienen de tiempo atrás.
Yo no hago el cuadro, y sólo miro a distancia lo que se hace , pero si emito algunos conceptos y puntos de vista que me parecen importantes.
Debe estabilizar definitivamente una línea de cuatro atrás con los mejores que tiene.
Basta de inventos con línea de cinco y dos carrileros que no suben y poco aportan. En el medio campo está lo mas flojo, se marca poco y mal, no hay consistencia en la zona mas importante del equipo. Mauricio Pereira tiene que ser generador de fútbol y no marcador. y sin gente rápida por las puntas que desborden y tiren centros
a los que entran por el medio mirando a la pelota de frente. Reitero no hago el cuadro porque no soy técnico, trato que se abran los ganchos y el técnico errático que tenemos que estuvo mas de diez años jugando en Europa a alto nivel ganando fortunas y no se ha dado cuenta que jugar no es lo mismo que dirigir, porque aprender, hasta ahora no aprendió nada. 

                                          Enrique Bello