domingo, 26 de julio de 2020

UNA VEZ CONTÉ UN CUENTO Capítulo 5

Que   momento, se acordarán  muchos que lo vieron, a mi me quedó grabado a fuego. Un 26 de julio de 1964 y en plena definición de la Copa Libertadores, Nacional mete un partido amistoso frente a Vasco Da Gama. Una semana después jugaría un importante partido frente a Colo Colo. Pero el destino hizo  que la tristeza cayera sobre el club. En ese partido cae fracturado de consideración el mas grande jugador de Nacional que personalmente vi, José Francisco San Fiulippo alias el nene. Con él en cancha Nacional se perfilaba como para Campeón de América. Pero el destino no lo quiso, se llegó a finales con Independiente un empate en Montevideo mediante robo del juez holandés Leon Horn, anulando un gol a Mario Beergara totalmente lícito. Eso ya estaba pergeñado desde otro lado y no entraremos en detalles que mucho años después pude confirmar en su totalidad. En Buenos Aires se perdió y la tan ansiada conquista quedó frustrada.
Ya San Filippo era ídolo de los hinchas de Nacional, entre ellos quien esto escribe. Muy jovencito, no como los de ahora a la misma edad que andan con un fierro en la mano asaltando y robando, iba a verlo al Parque Central. De tanto estar cerca de él y sus movimientos me gané  su aprecio. Y así fue que la relación se acentuó de tal manera que el día que lo quebraron fue tanta la tristeza que me quedé sin que nadies me viera, encerrado en la Tribuna Colombes, hasta que alguien que limpiaba en la América me vio y me abrió la puerta. Era tardísimo y correr hacia mi casa fue casi una maratón de atleta profesional, fue pasar el umbral de la puerta y la pateadura en el traste de mi viejo me hizo volar varios metros, aún la recuerdo. Después vinieron otras cosas como la penitencia, los rezongos las preguntas, mi madre era como siempre la madre que entendía todo. 
Al día siguiente dos personas de blanco golpeaban la puerta de mi casa, eran enfermeros del sanatorio Hoy Juan Pablo Segundo, que venían de parte de San Filippo a preguntar por el pibe que no lo había ido a ver. Se fueron con respuestas que nunca supe, pero horas mas tarde mi viejo manya recalcitrante, me acompaño mejor dicho me llevó al sanatorio a que fuera a ver a mi ídolo y ya amigo,
Mi viejo no entró, se quedó sentado en el murito que hay delante del mismo, yo entré despacio y cuando el nene me vio, dijo que te pasó, cuando le conté no lo podía creer.
Son cuentos o historias de una vida, que me tuvo como protagonista sin quererlo ni buscarlo pero que están en un anecdotario. Y yo la tramito a mi manera para que los lectores se den cuenta cual distintas eran las cosas antes. 
Por suerte mi hija menor Carolina, escritora ella plasmó el hecho en un cuento que está inserto en un libro,,llamaddo Escrito en la Ventanilla.


                                                              Enrique Bello

miércoles, 22 de julio de 2020

UNA VEZ CONTÉ UN CUENTO capítulo 4

Cuando después de 31 años la memoria vuelve atrás, 
a uno le parece que hizo poco y no es así.
Ya solo de pensar y acordarme que en la fiesta de gala de los 100 años del club en el hotel del prado, estuve sentado en la misma mesa con José Fco San Fillippo, Luis Artime y Rinaldo Martino, creo que debiera terminar aquí. Que fuimos protagonistas decisivos para la llegada al Uruguay de Julio Martel el cantor del Tango Nacional sos el Decano el  Primero y el mas Grande, y con quien compartí la fabulosa fiesta, son momentos de vida que solo el que los vivió como yo, un auténtico pasional de las cosas es inolvidable.
Pero sabes una cosa, los primeros 5 años de la audición, se festejaron con multitud de personas, de invitados especiales, y en l
lugares que hoy para organizarlo uno solo, sería imposible.
Tres de ellas en los salones del Parque Hotel, con mozos de guante blanco y con 600 personas. otra en Cambadu con 700 personas y otra en el Club de Pesca del Puerto del Buceo que por ser mas chico tuvo 300 personas adentro y quedó un mundo de gente sin poder ir.
Espectáculos artísticos de jerarquía, premios, jugadores muchos,  pero dejo dos Delly Valdez  y Daniel Fonseca en auge. 
Si nombro todos los jugadores que pasaron, se me van dos horas.
Rosa Luna y sus tambores y mulatas, fue el disfrute impresionante de la gente y así puedo seguir y seguir, porque mas que un cuento esto es una historia que llevo adentro y no se, ni recuerdo, si alguien  mas allá de lo oficial, llegó a hacer algo medianamente parecido, creo que no.  Pero Dale Bolso si lo hizo y solito, a pulmón, y ahí andan por mis baúles miles de fotografías que le dan autenticidad a lo expresado. 
Y como se podían hacer esas cosas hace 30 años y hoy, viste, casi ni cumpleaños de niños podes festejar, porque tenes que hacer una operación bancaria. Te acordas hermano que tiempos aquellos.
Pero quereY es bueno plasmarlo s mas, hay mas, pero voy de apoco, porque así los lectores se van enterando de lo que fue un programa que no tengo dudas, hizo historia por y para Nacional en la radiotelefonía uruguaya.
Y un día se me ocurrió plasmar todas esas andanzas de mas de tres décadas de esta manera y seguiremos.

                                                                  Enrique Bello

viernes, 17 de julio de 2020

UNA VEZ CONTÉ UN CUENTO Capítuo 3

Corría  el  año 1988,  nuestro Nacional a mediados de año , no daba pie con bola con el equipo, y la cosa andaba mal. 
Allí a algien le surgió la idea de hacer un programa partidario distinto a los que existían, sino fuerte, atrevido, desfachatado, sin temores ni alcahueterías baratas, sino un programa que se animara a decir todo, lo bueno y lo malo, con una sola premisa, la de aportar ideas y sacudir el ambiente en la interna tricolor.
Y contra nuestro pensamiento, porque, estaba clavado que los líos se me iban a venir en cataratas, dije vamos a la guerra.
Fíjense bien el año del que estamos hablando, el programa no había empezado aún, eso fue el 17 de noviembre de ese año, pero ya los trascendidos de que íbamos a armar algunos líos pesados, eran corrillo en la esferas del club, y nos decían, no se metan en esa que va a ser para quilombo. 
Fue pasando el tiempo Nacional se fue acomodando en la Libertadores, llegó primero a los cuartos de final contra Nwolls, en el Parque Independencia de la hermosa Rosario, y ahí después de gritar como loco el empate de De Lima, me comí de atrás un garrotazo de un hijo de puta rival, al que corrí por toda la tribuna y lo agarré, pero vino un veterano, me metió la mano en el hombro y me dijo soltalo, yo vi lo que te hizo, vos tenés razón, pero vos le pegás, y vienen docientos y te pisan. Dejala perder, acá son así de cobardes siempre. 
Mascando bronca y junando me fui, y festejé un empate que nos llevaría después de jugar con el Cali, a la final de la copa.
Así fue pasando el tiempo, hasta que la ansiada final llegó, otra vez Rosario, otra vez Nwolls, primer partido en arroyito  estadio mundialista de Rosario Central, perdimos con un gol de Gabrich pero jugamos muy bien y al pato Castro le sacaron un gol hecho en la raya en el último minuto.
Ya camino al ómnibus que había quedado a diez cuadras, con mi esposa que me había acompañado, entramos a cenar a un muy lindo restaurante y lo primero que veo es una mesa en la que estaban sentados en su derredor, El Cr. Mario Garbarino, Humberto Grondona presidente de AFA y Nicolás Leos presidente de la Confederación Sudamericana. Los dos últimos consolando  la desolación por la derrota que tenía nuestro presidente. 
A la semana sería la revancha en el Centenario, me acerqué a la mesa un instante, saludé a Garbarino a los otros personajes los conocía de nombre, y me preguntan ud. es de Nacional, SI contesto, este hombre está muy triste dígale algo, lo encaré y le dije lo primero que me salió Cr. festeje, festeje que la semana que viene a este cuadro le hacemos tres en Montevideo. Se lo aseguro, me miró y me dijo si eso se da lo invito a recibir la copa al lado mío, estaré ahí. Y así se dio todo, resultado final 3 a 0 como lo había vaticinado. Nacional Campeón de América. Yo estaba en el palco con mi hijo a pocos metros de los dirigentes. Cuando el Hugo de León con la copa en alto hacia todas las tribunas cruzó la cancha e ingresó a la pasarela que une el campo con platea América, y mientras miraba lo que eran las tribunas, veo que el Cr. Garbarino me llama, voy enseguida y cuando Hugo le entrega la Copa Libertadores la agarra y me la prestá a mi tal cual lo prometido en Rosario, ni que hablar que besos y abrazos dominaban todo, mi hijo varón también vivió ese momento inolvidable. Fue dura, brava y ojo que el rival era pesado, solo acordarme de Batistuta ya alcanzaba. Fue la tercera y hasta el momento la última, pero en cancha tuvimos muchos que jugaron bien, pero uno era la gran diferencia, el Hugo de León, señorial, capitán de capitanes, era el símbolo y la adoración de la parcialidad por su jerarquía.

Fue un período en el que estábamos preparados para lanzar al aire el programa radial pensado, y mientras ese 26 de octubre de 1988 se moría, el tablero electrónico de la Colombes hacía tintinear dos palabras   DALE BOLSO, y un grito salió de mi garganta allí está el nombre de la audición que saldría al aire 20 días después y que tuvo una duración de 31 años y 4 meses para decirle a los hinchas de Nacional lo que había que decirle sin tapujos y sin miedos. 


                                                                  Enrique Bello

martes, 14 de julio de 2020

UNA VEZ CONTE UN CUENTO Capítulo 2

Y en esta nueva era de escribir vivencias, por estos días, donde se cumplen 90 años del primer partido oficial de fútbol de un campeonato mundial en el Parque Central, fue un 13 de julio. 
En las redes sociales mucha gente ha escrito sobre el tema que enorgullece a los hinchas y a la institución. Pero este tema me trajo a colación entre tanta cosa vivida, que también tuve un protagonismo importante. en el año 1987 ya estábamos en julio, un día me llama el Tte. Cnel Elbio Paolillo que era el capitán en la directiva del club, y me dice  Bello, el 13 de julio se va a colocar un monolito en homenaje a aquel acontecimiento y quiero que vos seas el maestro de ceremonias.  Imaginen la distinción que fue para mi. 
El presidente era el Cr. Mario Garbarino padre, y se había invitado especialmente para el acto nada mas que al presidente de FIFA, don Joao Havelange, quien aceptó llegar a Monteviddeo para ese importante homenaje. 
Lo que yo no me imaginaba, era que tenía que subirme a una tarima especialmente colocada con las banderas de Nacional, de la  AUF y de la FIFA. y en el medio de esas dos enormes figuras. Y así fue nomas con unas palabras improvisadas, fiel a lo que es mi manera de ser, salí  a la cancha hice una referencia lo mas clara posible al hecho en si, mientras la concurrencia que era numerosa de dirigentes de todos los clubes incluso Washington Cataldi, que era la primera vez que pisaba el Parque Central  y con quien tuve oportunidad de cambiar algunas palabras entre broma y broma de ambas partes. Políticos de la época, miraban asombrados como se descubría ese monolito, que fue frente a la tribuna Atilio García y que cuando las obras del Parque Central allá por 2002  2003 se cambio  y se colocó frente a la Tribuna Delgado.
En una época sin celulares, guardo una foto con Havelange y Garbarino que está entre mis preciados trofeos.
Fue un eslabón mas de la enorme cantidad que iré contando de mi larga y proficua relación con el Club Nacional de Footbal y  que están por estos días en  boca de mucha gente, por ello el recuerdo para que se conozcan algunos detalles.

                                                                        Enrique Bello

jueves, 9 de julio de 2020

UNA VEZ CONTÉ UN CUENTO CAPÍTULO 1

Hoy fecha patria en la Argentina, comienzo una nueva era en este espacio.
Desde siempre me gustó leer los cuentos de fútbol de Fontanarosa y Eduardo Sacheri. 
Un día los empecé a escuchar en la voz aterciopelada y magistral del periodista Alejandro Appo y el corazón se me hizo trizas por la emoción que vivía al oirlos.
Y  con mi audición dale bolso   vigente por esos años pensé, y si yo algún día pudiera hacer minimamente algo parecido, no igual porque ya pasaría a ser un atrevimiento. 
Y ahora que ya no estoy mas en el aire, después de 31 años consecutivos, y con mucho menos que hacer que en otros tiempos, decidí tirarme al agua y ver que pasa.
                             UNA   VEZ  CONTÉ UN CUENTO
Fue un 17 de noviembre de 1988, casi de casualidad, nuestro Nacional venía a los tropezones, y alguien de esos que andan en la vuelta como moscas me dijo, che vos que tenes alguna experiencia en esto, porqué no encaras algo para cambiar la pisada.
Y no sin un poco de audacia viste, de esa que todos los terraqueos tenemos, fuimos a la guerra, y entre charlas de allá y de acá, y el mangaso a gente de la institución, comerciantes todos, y conseguir una radio que nos diera pelota, logramos el objetivo. y comenzó una quijotada que tendría años de permanencia.
Mirá que te lo digo de verdad, yo pensé que duraba lo que un lirio, dos o tres locos a los que no conocía nadie, comenzando un programa de radio, donde no sabíamos ni como sentarnos frente al micrófono, de como había que hablar, y lo que íbamos a decir durante una hora. Te lo juro de verdad, el culo me hacía guiñadas, el cagaso era tan grande, que estuve a punto de levantarme e irme a la mierda. Pero ya estaba pagado, nos habíamos roto el alma, mis compañeros de aventura me decían, si vos estás cagado que dejás para nosotros. Dejate de joder, si no, ponemos música y nos vamos.
Pero sabes una cosa, agarramos ese coraje, y la desfachatez que nos viene a los yoruguas, y no se como ni me lo preguntes, sería por el amor y el fanatismo que teníamos por la institución. Y  empezamos a hablar y a discutir entre nosotros sobre cualquier tema. Y el tiempo pasaba, y como yo estaba acostumbrado a hablar en algún programa, metimos algunos biscochazos y nos fuimos acomodando. No lo podíamos creer, mirábamos el reloj y la hora nos decía, ya está, fue la primera vez para mi, que solo manejaba la situación, ni te digo los que estaban conmigo, yo ya había hablado por radio, pero como director de un programa nunca me había metido en ese viaje. Te confieso, la respiración y el jadeo nos reventaba el pecho, pero no preguntes ni lo que dijimos, lo único que se, es que salimos rajando de la radio llenos de verguenza,  como si hubiera habido una multitud detrás del micrófono, y resulta que nos convencimos que nuestros familiares fueron los que se fumaron lo que habíamos hablado. La espera para el segundo programa sería una verdadera incógnita, un susto ya mas mesurado estaba metido en nuestros cuerpos, y así fue el comienzo.

                                                                   Enrique Bello  














































martes, 7 de julio de 2020

Y SIGUEN Y SIGUEN PIDIENDO FUTBOL

Yo escucho, leo, observo a distancia, todo lo que ocurre casi ya en estado de desesperación, como se pide el  recomienzo del mismo. 
Y confieso comprendiendo a todo el mundo su actitud, me refiero a dirigentes, técnicos, futbolistas, y ni que hablar del deteriorado periodismo deportivo que ya no se aguanta mas lo que está pasando.
Reuniones por aquí , por allá, dirigentes en tele conferencias por miedo a contagios, protestas de todos lados por falta de dinero, los últimos, los jueces que saben que cobran si hay fútbol, los seguros de paro de los planteles, la vuelta a entrenar en condiciones muy precarias, de a uno primero, después otra fase, después otra fase mas, y finalmente se pide a gritos jugar, desde el 1 de agosto mientras las autoridades de salud pública, aguardan la evolución de la pandemia, y si esta avanza o retrocede.
La gente, el aficionado al fútbol asiste asorado, y entendiendo poquito de como están planteadas las cosas.
Juro que yo soy uno de ellos, y me preocupo poco sobre lo que está pasando, muchos no pensarán lo mismo y lo que quieren es por TV, ver fútbol sin gente en las tribunas, pero con fotografías en lonas en las que los aficionados mediante una paga, aparezcan en tribunas como disimulo de hinchada mirando el partido.
Perdón por la expresión a utilizar, pero nunca vi chotada mas grande. Si hay gente bien, y si no, mala suerte y a quejarte donde cayó el avión.
La Conmebol y la Fifa mandaron plata no se si a devolver o en préstamo para que los clubes la reciban, y de esa forma tengan cierto paliativo económico. 
Se habla de vestuarios, que no se va a poder entrar a ellos, y los jugadores tendrán que llegar vestidos a la cancha, ni que hablar cuando se van transpirados y cansados, para su casa a bañarse en auto o yo que se como. 
Uno ha mirado en los últimos días en Europa algunos encuentros donde los jugadores ni se tocan, no se llegan a cobrar 10 faul por partido, parecen bailadoras de ballet, un desastre para la vista. 
Y yo me sigo preguntando así se va a jugar acá, con televisación incluída de varios encuentros por fecha, que además por falta de tiempo van a ser bastante seguidos. 
Ya les adelanto que todo va a ser muy pintoresco y poco atractivo, y habrá que ver que no aparezca ningún positivo de covid 19, porque entonces, todo se caerá al suelo como castillo de naipes.
Esto es la demostración mas cabal que por la comprensible necesidad de empezar a agarrar algún peso, quieran jugar así, cueste lo que cueste. Hay mi dios con las lesiones musculares, serán tamaño baño y los cuadros irán quedando diesmados en cada fecha, pero los periodistas quedarán satisfechos porque recibirán algo en sus bolsillos, mientras los actores seguirán sufriendo. 
Una pandemia mundial que tiene en jacke a mas de 180 paises tiene sus adeptos en el el fútbol uruguayo, mientras los dos países mas grandes del continente y con fronteras que son un verdadero peligro, pasan las de caín con sus poblaciones por errores gigantes de sus gobernantes, que a cambio de la sensatez de los nuestros, que han hecho las cosas lo mejor que han podido, tienen bajo un control moderado a este flagelo que parece haber llegado para quedarse.
Sigo afiliado a la tesis que somos un país de octavo mundo para muchas decisiones trascendentes, como todo esto del fútbol, que lo tira por la borda. Dejo de lado a este covid 19, que se maneja en el Uruguay con un criterio de racionalidad, y así lo hacen de 3er. mundo, porque por suerte hay gente sensata y que piensa.

Lo digo por enésima vez, no debiera haber fútbol en el país hasta 2021, y allí comenzar de cero, y el que tenga que perder o acaso desaparecer, mala suerte. Pero las autoridades tendrían mas que tiempo suficiente, para darle a nuestro principal deporte, el ordenamiento general que este precisa, pero que nunca llega porque los intereses mezquinos de muchos lo impiden.


                                                                         Enrique Bello