miércoles, 25 de noviembre de 2020

LA PELOTA SE MANCHÓ

 Y vaya si se manchó, Maradona no murió, sigue vivo, porque él estará siempre  en una cancha donde el fútbol, esté de gala.

Junto  al rey Pelé, lo mas grande que vi en un estadio de fútbol. 

Sólo su presencia en un equipo, llenaba los estadios mas famosos del mundo.

Una pierna izquierda privilegiada para conversar con el balón de tu a tu, y hacer con ella lo que su cerebro le indicaba. Y así lució su porte y galanura en cada piso de cesped que pisó.

Sus goles inolvidables con todas las camisetas que lució, y que no tuvieron tribuna en el mundo que no lo aplaudieran parados en las tribunas al grito de Maradona, Maradona, Maradona. 

De partidos y títulos logrados quedarán los que llevaron sus estadísticas.

Para los que lo vimos, en presencia y a través de la televisión, con un físico nunca muy estilizado, pero que en su juventud y máximo esplendor, corría y se movía con tal precisión que parecía que la pelota lo buscaba a él para la caricia suprema, y no él a la pelota.

Surgido en Argentinos Jrs. cuyo estadio lleva su nombre, en esos homenajes hechos en vida, y por el agradecimiento a lo que esa institución le dio.

Fue generoso, desprendido, amigo de sus amigos, muchos que le fallaron y lo usaron para sacarle beneficios. 

El Club Nápoles y en pleno auge de su carrera comenzó a ser su tumba prematura. La droga entró a su cuerpo y a su mente para dañarlo, el narco tráfico del que hoy tanto se habla, llegó a su vida para el inicio de una debacle tan inmerecida como injusta. 

Siempre quedó flotando en el aire, que no supo rodearse bien, y que sus enormes fortunas, eran muy apetecibles para su gente mas cercana. 

Vida sentimental tumultuosa, sus hijas fueron su adoración. 

La tristeza mundial, ya es noticia, las banderas a media asta flamean en todo el orbe, el llanto de los que lo vieron jugar y lo que no lo vieron, pero saben quien fue, es hoy quien marca los primeros planos del mundo futbolístico. 

El periodismo mundial lo juzgó, como deportista y como persona, nosotros solamente como futbolista.

Nunca tuvo intimidad, porque su fama se lo impedía, y el la sobrellevó con gran hidalguía, aveces bien,  aveces no tanto. 

Por múltiples razones estuvo internado muchas veces, hizo de su vida lo que quiso, como entrenador fracasó.

Pero el recuerdo de él, como hombre polémico en sus declaraciones, será el de un fabuloso futbolista, que paseó por las canchas del fútbol del mundo, y mostrar que el fútbol bien jugado, es placer para la vista, y eso mas los goles y golazos convertidos, por el pelusa MARADONA quedarán en la historia y permanecerán en el corazón de cada ser humano. que respetó su vida tal cual el decidió vivirla.

Una gloria que se va en un año de plena pandemia. 

                     DESCANSA  EN  PAZ

                                                Enrique Bello



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