lunes, 3 de febrero de 2014

NO PODEMOS PERMANECER EN SILENCIO

Se jugó la primera fecha del torneo clausura, segunda parte del campeonato uruguayo 2013 -  2014.
Varios resultados sorpresivos, el triunfo de Liverpool, el de Fenix, el de Sud América, el de Wanderers, pero el que no sorprendió, por lo menos a nosotros fue el de Peñarol frente a River Plate. Porqué no nos sorprendió; se preguntarán muchos de nuestros lectores, pues porque ya presumíamos que algo raro iba a ocurrir. Peñarol está desperado por ganar, ha gastado un platal, el renombrado técnico no podía perder de entrada, algo debía ocurrir fuera de la legitimidad y mas bien dentro de la suciedad, en la que está inmerso el fútbol uruguayo.
Y un señor con nombre de cantante de la década del 70 , sin físico adecuado para conducir  un partido de fútbol, sin personalidad y sin alma hasta para pitar, cumplió a rajatabla con una premisa y sometido a una presión insostenible, como tantas veces ocurre cuando juega el carbonero.
Era impensado que Castillo se comiera un gol de biógrafo a los pocos minutos i allí se les barajaron los naipes, que hago de aquí en mas, habrá pasado por la cabeza de Leodan. 
Y como decía hace años en sus incursiones periodísticas don Carlos Prieto, ustedes lo vieron.
cobrar cualquier cosa, flechando la cancha en forma continua y disimulada, les estaba diciendo a todos los que miraban el partido tanto en el estadio como por televisión, TRANQUILOS  que aquí estoy yo. 
Taborda ya de entrada perseguido sistematicamente, primero por futbolistas de Peñarol para los que era un azote y segundo por el árbitro que con pocos minutos en cancha ya demostraba lo que sería después. Por un foul común Taborda es amonestado con amarilla en forma innecesaria y allí comienza su condicionamiento posterior, ya ni hablar podía, porque la roja rondaba cerca de su cabeza. Un a falta descalificadora de Lima contra el rayo Ramirez, jugador que iba a hacer daño por su velocidad al cotolengo que era Peñarol atrás, que merecía expulsión, la arregló con amarilla. Tal fue así que Fosatti lo sacó al comenzar el segundo tiempo porque sabía que se lo echaban. Obiamente Ramirez afuera y River con otro planteamiento obligado por un mal árbitro que no cumplió con el reglamento. Ya hubo que jugar de otra manera, Darío Rodriguez, Aguiar, Macalusso le metían la pesada a los botijas darseneros, que por su inexperiencia no pudieron liquidar el partido antes de que llegara la debacle final.
A esa altura el malevaje aurinegro se hacía sentir, Orteman mete una plancha descalificadora al brasileño Marquez cuando tenía amarilla y don Leodan no lo echa como hubiera correspondido.
Tal cual se veía, el empate era cosa de tiempo y un error mayúsculo de la defensa de River lo hace posible. A lo mejor era justo el 1 a 1 pero la jugada de la expulsión de Taborda, que  fue foul de Darío Rodriguez, penal contra Peñarol y no se si expulsión, derivó en discusiones y montonera con saque rápido para que un River mal parado y desconcentrado por todo lo vivido cometiera un penal que dejó muchas dudas y que derivó en una derrota darsenera, provocada directamente por otro de los tantos desastrosos jueces que tiene el fútbol uruguayo. 
Les comento algo que me pasó en el intervalo del partido, me llama mi hijo para ver que me parecía el partido y le digo, Taborda no termina el partido, este juez lo va a echar. Es adivinar, por supuesto que no, estaba clavado que iba a suceder y sucedió. La presión surtió el efecto pensado y este Peñarol de viejos hecho pedazos, no podía perder el primer partido del campeonato y con entrenador nuevo, y no solo no perdió, sino que lo ganó. 
Hay periodistas notorios que dicen que Peñarol se lo llevó por delante, obiamente que si,pero suciamente y claramente favorecido por un entorno al que si otros equipos y por supuesto que Nacional, no ponen las barbas en remojo y actúan acorde a las circunstancias, después de lo visto ayer, marcharán al horno sin ningún tipo de miramientos.
Primera gran verguenza del campeonato, ya la frase ganar a lo Peñarol tomó vigencia nuevamente en la boca de mas de uno de los tantos serviles del periodismo, que no ocultan su desperación por hablar bien y con énfasis de la mugre que pone la camiseta aurinegra en las canchas, sea cual sea su rival.  Ganar como sea y a cualquier precio es su consigna. Alguien algún día tendrá que ponerle coto, y lo digo enfáticamente, mucho mas afuera de la cancha que adentro, allí es donde cocinan previamente el gran estofado.
River se fue re caliente del estadio, Taborda que es peñarolense de corazón, se fue del estadio como un dinosaurio, y vaya si tenía razón. Mi madre ante cosas parecidas decía siempre, como estará la cañada cuando el chancho ña cruza al trote.


                                                                                             Enrique Bello

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