miércoles, 29 de enero de 2014

SORPRESA Y MEDIA

Comenzó la Copa Libertadores para Nacional, y la verdad con muy mal pie al margen de las espectativas que habían bajo la conducción del nuevo entrenador 2014.
Uno se puso cómodo en su casa para  ver un partido que en lo previo y respetando al rival, podía se accesible.
Pero ya con los primeros minutos de juego, nos dimos cuenta que la propuesta tricolor en cancha era absolutamente deficitaria, mal en defensa, mal en medio campo y mal en ataque, el panorama se presentaba oscuro. Y así fue nomás, impresentable actuación de Nacional, observada en todo el continente y una imagen  que dejó mucho que desear durante los noventa minutos.
Todo esto dicho mas allá de las ausencias de nacho González, de Arismendi éste hasta por ahí, venía jugando mal, pero el Morro García que estaba en franca recuperación, física y anímica, se sintió un disparate como pieza de recambio para un Alonso que cada día juega menos, porque los técnicos, el anterior y el actual, lo hacen jugar sin gente que desborde y esperando siempre pelotazos de espaldas al arco, y con rivales que se hacen el gran festín.
Lo de Calzada ya es inentendible que tenga casi una titularidad vitalicia, cuando no hace absolutamente nada.
Los zagueros, ya parece broma, lo de De los Santos cayéndose sistematicamente, en cancha mojada y en cancha seca, que le pongan zapatos de clavo, como los que usaban antiguamente los atletas, a ver si se mantiene en pie. Scotti, revienta y revienta pelotas para adelante, cada vez juega peor. Los laterales, no los nombro, ya saben a quienes me refiero, marcan poco y mal y de proyectarse al ataque ni hablemos. El botija Ramos tiene que jugar 30 partidos en tercera, está mas verde que un paño de villar, no mete un pase, no es lanzador, no remata, toca para los costados. Por dios. El Rafa García contra el Petrolero cuando le tocaron la pelota, una voluntad impresionante pero la vio pasar por al lado como una paloma. Es bueno decir que Calzada lo ayudó poquito y nada. Pereiro, hay que mirarlo con detenimiento, tiene pasta, domina bien la pelota, tiene zancada larga, le gusta probar al arco tiene 18 años, parece algo comilón, pero eso se corrige. El peruano Cruzado, demostró que con un poco mas de ritmo va a ser muy útil, le falta fútbol y conocimiento de con sus compañeros. Que Recoba juegue 6 minutos es un despropósito y hasta una falta de respeto, por lo menos 25 a 30 minutos tiene que estar en cancha, la toca poco y hace mas que muchos. Munua salvó la plata y la esperanza, y el botija De Pena de lo mejor hasta que lo sacaron, nadie sabe porqué. 
No imaginé en lo previo lo que vi, me dieron ganas de apagar el televisor, pienso en el futuro, pensemos en positivo, hay clasificación contra el O Petrolero y después en la serie contra rivales tremendos qué; con lo visto, hay para entusiasmarse, yo creo firmemente que no, salvo un milagro.  A lo mejor me equivoco, pero es practicamente el mismo plantel del vasco Arruabarrena, con Munua, Cruzado y Gimenez, estos últimos si mejoran su estado rapidamente.
Es brava la parada, antes del martes, viene Racing por el uruguayo. No tengo idea de lo que hará el entrenador, pero me vino a la mente aquel famoso partido con Tacuarembó.
Para finalizar este comentario del que me olvidé de Porta, meritorio y entusiasta, pero, merece ser titular, pregunto.
Termino diciendo lo mismo que he reiterado por esta vía y por el programa radial hace seis meses, y no para que nadie se enoje, aunque alguno como siempre los hay, este plantel de Nacional está mal balanceado en toda su estructura, es menos de lo que la gente piensa y personalmente lo catalogo de discreto. Veremos si Peluso lo mejora sustancialmente, tarea que será ardua porque la causa tricolor a nivel deportivo, económico e institucional, y después de la pérdida de tiempo infame, con un advenedizo como Arruabarrena, ya no admite la menor demora.
Que así sea para que los hinchas no sigamos teniendo sorpresas, medias o enteras.


                                                                                                     Enrique Bello

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