Inicialmente todo parece una utopía, dicen que consiguiendo sposors que se hagan cargo de la paga, de la vivienda, que debe ser una mansión o algún barrio privado muy distinguido, mas la enorme seguridad que requeriría el cuidado personal y familiar, hacen de toda esta movida, algo no muy normal para nuestro país.
Ya los jugadores de Nacional hablan y se ríen, Liguera expresa yo seré el ayudante. Lasarte observa con desconcierto y una dosis de estupor la posible conclusión favorable del tema. Los dirigentes consultados por la prensa, dada la dimensión que ha tomado la noticia, tratan de poner calma al asunto, pero no sin una dosis de esperanza y deseo de que todo pueda llegar a buen término.
Acá yo saco en conclusión, que lo que mas interesa a Nacional, por lo menos por un tiempito prudencial, es hacer plata grande por medio del marketing, el merchandaising , las posibles y suculentas recaudaciones de los primeros partidos a estadio lleno y el ruido internacional que se estaría ocasionando. No está mal pensar de esa manera en un momento del club que a nivel económico financiero no es el mejor.
Ahora bien, en lo deportivo, la pregunta surge sola, será beneficioso o perjudicial, si viene, jugará con regularidad, será para todas las competencias o solo para la Libertadores.
Las interrogantes son innumerables. Que se ha logrado causar revuelo, no hay dudas. Este país desde mi punto de vista no está preparado para situaciones como la que se genera con la posible llegada de este maravilloso ex futbolista.
Ni que hablar que si se dan las cosas, Nacional habrá pateado el tablero mundial del fútbol, las primeras planas de los diarios, nos tendrán como protagonistas, las redes sociales se inundarán de comentarios de todo tipo y las acciones tricolores subirán en todas las Bolsas del planeta.
En lo personal soy cauto, no es un tema fácil, sino todo lo contrario, porque si se fracasa en el intento será peor el remedio que la enfermedad.
Enrique Bello
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