Que tristeza me embarga a pocas horas del partido con el Dpvo. Loja, se nos fue Jorge Manicera, el jugador mas completo tecnicamente, que vi en una cancha de fútbol, dentro de su propia área.
Fue un fenómeno como jugador, con una técnica exquisita, alto, elegante como pocos para su época y según las mujeres un pintún bárbaro. Era difícil verlo pegar una patada alevosa, siempre llegaba antes, tenía velocidad física y mental, saltaba muy bien, hacía quites que parecían imposibles, sus piernas eran como ganchos a la hora de quedarse con la pelota que traía un rival.
Fue clásico aquel triángulo final con Roberto Sosa y Emilio (cococho) Alvarez, dos que se fueron antes que él. Fue al margen de jugador de fútbol una sensacional persona, me estoy acordando en este momento de las generaciones de futbolistas que jugaron con él en Nacional y sus grandes amigos, uno de ellos mi querido Pepe Urruzmendy que lo llora como un hermano de la vida.
Jorge Manicera no fue uno mas en Nacional, de ninguna manera, todos aquellos que lo vimos jugar, lo disfrutamos a pleno, era un deleite verlo con su estampa de crak, estilizado, fisicamente siempre impecable, con pocas lesiones en su trayectoria, como me gusta llamarlos a ese tipo de futbolistas, un prócer de la Institución. Vino de Rampla, como llegaron tantos de ese equipo que hicieron historia, Cajiga, el peta Luis Ubiña, Ruben pelusa Techera, Juan Martín Mujica, Vladas Douksas, y el legendario Domingo Pérez que aún corre maratones para despuntar el vicio. Imagino como estarán el flaco Luis Ramos, el piolín Cincunegui, Edgar Baeza y tantos otros que no menciono porque estaría tres días escribiendo.
En días de muchas emociones para mí, una lágrima se me escapa por la mejilla para recordar a un monstruo de la calidad futbolística, sacando pelotas imposibles para otros, desde la puerta misma del arco, cuando los nervios ante la inminencia de un gol en nuestra valla, los consumía.
Hasta de chilena despejó en las puertas del arco, fue campeón uruguayo 1963 y 1966 fue vice campeón de américa en 1964 y no recuerdo si también en 1967, pero que vale decirlo, jugó un partido memorable en Wembley frente a Inglaterra y la Reina en el debut de Uruguay en el campeonato del mundo de 1966, único partido que no ganó quien fuera después el campeón del mundo. Grande en la vida, grande en las canchas, se dijo cuando su llegada al club que no era hincha de Nacional, pero los colores, la camiseta que vistió con gran orgullo, categoría y dignidad lo llevaron a querer a nuestra institución y céanme los que lean esto, pocas veces vi disfrutar en las tribunas a los hinchas de Nacional, como cuando jugaba Jorge Manicera, y finalizo diciendo un auténtico grande de verdad. Que en paz descanse.
Enrique Bello
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