Como lo dice su título, es una opinión, porque comentario se hace sobre lo que pasó y no sobre lo que va a pasar.
Los clásicos es archi sabido son partidos diferentes, se juegue por lo que se juegue, porque de amistosos jamás tuvieron ni tendrán nada.
Todos son distintos y generan un toque de emoción que empieza mucho antes y termina mucho después.
La excesiva prensa deportiva que existe en nuestro país, le da un agregado extra al consumo de la gente y porque no, exacerba los ánimos, con comentarios y estadísticas surgidas a través de lo que la propia historia de los enfrentamientos dice.
Horas y horas se consumen en forma escrita y verbal, con apoyos publicitarios, muchas veces inentendibles e injustificables por la cifras que se manejan, sin criterio racional alguno. Pero se saca tajada a la gran pasión que generan las dos camisetas tradicionales, por ello un clásico entre Nacional y Peñarol, cada vez que se enfrentan, se transforma en una fiesta del pueblo uruguayo y así se vive.
Este del 11 de noviembre es uno mas, no decide nada importante, van a faltar cuatro fechas para terminar lo que en definitiva es la primera rueda de un campeonato uruguayo, solo que tiene una copa como premio, nada mas.
Peñarol está primero, con 4 puntos sobre Nacional y Defensor, pero tiene cerquita a El Tanque, que merece respeto y al que no hay que ya dar por liquidado como tampoco a Defensor, ambos jugando en todas las canchas, lo que no hacen los cuadros grandes con el consiguiente beneficio que ello ocasiona.
Nuestro Nacional, decaído futbolisticamente, con dos derrotas consecutivas que lo relegaron en la tabla, con lesionados y suspendidos, no llega de la mejor manera. Y si a eso le agregamos la situación de Recoba veinte días sin jugar y con alguna nana propia de su edad, el panorama previo parece no ser muy alentador.
Peñarol llega a este juego, con una manija impresionante sobre un favoritismo que a mi me parece ser exagerado. Se le nota un mejoramiento en su fútbol, eso es indudable, pero de aquí a que se le de practicamente como el ganador del partido por la cátedra, hay un paso que yo como nacionalófilo, pero también como periodista no doy de ninguna manera.
Hace días se nota en la calle una efervesencia peñarolense, que ha llamado la atención, ya dan por ganado un partido que aún no se jugó.
Las camisetas aurinegras, reaparecieron en las calles, después de dormir por mucho tiempo en los roperos, donde las polillas les hacían un gran trabajo de destrucción.
Hay una falta total de respeto a Nacional, que tiene en este plantel, del que ya hemos dicho fue mal conformado y balanceado en sus distintas líneas, pero que tiene jugadores pesados, ganadores empedernidos, experientes, y eso no es cosa para descuidar, pero además tiene a un genio, a un hombre distinto como el chino Recoba, que ya demostró lo que había que demostrar y cuando había que demostrarlo.
Respeto al rival, lo debe respetar Nacional, tomando todas las precauciones para minimizar su poderío mayor.
Para mi Zalayeta es su figura excluyente, si se le pone una marca espejo, hombre a hombre para que no reciba con comodidad, Peñarol se queda sin fútbol y andará a pelotazo puro, como fue toda la vida su costumbre y esta vez me temo no le alcanze. También Peñarol a lo mejor le hace lo mismo a Recoba, pero no creo que en el hombre a hombre, sino mas bien en la zona y con alguna patadita extra.
Allí para mi estarán las claves del partido, en la mitad de la cancha o alguna jugada fuera de contexto. Y en ese sentido en el terreno de juego habrá un solo jugaror, Alvaro chino Recoba.
Tengo bien claro lo que es este equipo de Nacional desde que comenzó el campeonato y está dicho y escrito, el entrenador ha dado para mi hasta el momento, mas en la herradura que en el clavo, esta es la oportunidad de reivindicarse, yo creo mas en la experiencia y jerarquía de varios jugadores, que si bien algunos no están en su mejor momento porque los años les pasan, pero saben bien lo que significa un partido como éste y están templados para enfrentarlo.
Los hechos nos darán o no la razón, es mi opinión previa sin ser irrespetuoso con el rival, que también tiene sus aspiraciones, pero también una desesperación por ganar que lo acosa, a jugadores, cuerpo técnico, dirigentes y a su parcialidad que no aguantan mas otro fracaso, que si no ganan lo seguirá siendo.
Enrique Bello
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