SIENTO VERGUENZA

Ayer lunes 24 de junio, fue el día de San Juan, también aniversario de la muerte de Carlos Gardel, pero también fue un día muy especial en la vida de nuestro Club Nacional de Football. 
Al abrir mi Facebook entre muchas de las cosas que me encuentro habitualmente con los diferentes contactos, aparece un comentario del periodista Ernesto Farías perteneciente al programa La oral deportiva de Radio Universal. En él, un título muy sugestivo ACHE PIDIÓ DISCULPAS.
La curiosidad me invadió rapidamente y leer ese artículo, pasó a ser prioridad uno, por el interés que la referida nota despertaba, primero en mí, por mi estrecha vinculación con Nacional en mi calidad de periodista partidario, y presumo que en muchísima gente que la leería con máxima atención.
Nunca sentí a Eduardo Ache jamás, pedir disculpas, por eso mi sorpresa con el título de la nota fue mayúscula. ¿ Que habrá pasado me pregunté ? Y grande fue la sorpresa cuando comencé a enterarme del contenido de la misma.
Todo relacionado con el contrato firmado con Sebastián Abreu, hasta ahora desconocido, primero por la parcialidad, segundo por el periodismo y tercero, fundamental y extremadamente grave, por sus diez compañeros de directiva. Siempre se dijo que el contrato con Abreu era por dos años, después se supo que era por dos años con opción a un tercero. Esto último ignorado por el resto de la Comisión Directiva.
En la referida reunión, la sorpresa y los malestares por lo actuado por el presidente, se hicieron sentir rapidamente, algunos lo increparon, otros agacharon la cabeza como no entendiendo nada de lo que escuchaban, la referida reunión de directiva, se hizo sin que se labrara acta de la misma, hubo alguna palabra subida de tono, no era para menos, el presidente había ocultado información muy importante sobre el manejo contractual con una figura que él había traído caprichosamente sin averiguar su estado sanitario y su condición físico atlética. En la referida nota del periodista Farías, se deja traslucir que las cifras manejadas son muy diferentes a las conocidas inicialmente. A raíz de lo espeso de la reunión, que se caía de maduro iba a ser así, alguien de la mayoría increpó a otro de la minoría recordándole su pasado en la directiva anterior. 
Imagino el ambiente de tensión en el recinto que lleva el nombre de Miguel Restuccia, el aire se cortaría con un cuchillo. José Fuentes, hoy con gran predicamento en el club, habló y dijo lo suyo. Ante el cariz que tomaron los acontecimientos, Ache buscaba justificar lo injustificable, intentando frenar las discusiones e imagino, las miradas y los sentimientos personales de algunos que presumo, si tienen sangre en las venas deben de haber quedado muy calentitos.
En el año 2000, quien esto escribe, dijo una y mil veces en su programa, que con Ache, nuestro Nacional ingresaba en la era del ocultamiento. Así hemos manejado esa frase durante 13 años consecutivos.
Estos hechos narrados aquí, son la confirmación de que nunca estuvimos equivocados en nuestra afirmación.
También se deja traslucir en la nota de Farías, que mas de un dirigente, amagó con la posibilidad de renunciar al sentirse engañado por la máxima figura de la institución.
Esta grave situación, no puede pasar desapercibida por toda la colectividad, tricolor, la que votó a Ache y la que no lo hizo, que imaginamos debe estar con un desconformismo y una falta de credibilidad total .
El presidente Ache después de éste escandaloso suceso, que va a contrapelo de la escencia misma de nuestra querida institución y su historia ,de la que tanto nos jactamos, debería RENUNCIAR dejando las manos libres para otros. También dirigentes que lo han acompañado hasta el momento, no deberían callarse la boca aceptando una situación tan irregular como la ocurrida.
Verguenza siento al enterarme de estas cosas, que dañan el sentimiento y el amor a una enseña que aprendimos a querer desde pequeños.
                                                 UN BOCHORNO!!!!!!!!!
         


                                                                                                    Enrique Bello