lunes, 11 de diciembre de 2017

EL CACIQUE

Entre el jueves 7, el sábado 9 y el lunes 11 de diciembre, llega el cacique Alexander Medina  a la dirección técnica de Nacional. 
Una nueva era comienza, esto debió haberse producido después de perder con El Tanque en el Parque Central. Fue una lástima porque se perdió un tiempo muy valioso, ocho partidos para que Medina tomara contacto con el plantel y comenzara a tomarle el gusto, y la experiencia a primera división.
Eso no ocurrió y hay que mirar hacia adelante y no como hacen los llorones permanentes de Nacional, que viven mirando hacia atrás lo que nos pasa. 
Vendrán cambios de personalidad y carácter, que a Medina le sobran, y renovar considerablemente un plantel caduco, que mas de lo que dio no va a dar. Eso está muy claro y evidente, con el actual plantel no hay historia.Deben haber cambios profundos en conjunción con el gerente deportivo pero con una comisión de fútbol permanente que siga muy de cerca todos los acontecimientos. Metiéndose y preguntando el porqué de tal o cual cosa. No dejar mas al libre albedrío que el entrenador y el gerente deportivo, sean los que toman todas las resoluciones. Eso fracasó estrepitosamente y hay que cambiar posturas.
Pues a trabajar se ha dicho, 25 días que serán intensos, fiestas de por medio, en los que habrá que tomar decisiones trascendentes, e hilar muy fino y en forma inteligente.
Nueva historia con un ganador de clásicos como jugador, campeón uruguayo varias veces, y si algo le faltaba entró a la dirección técnica, ganando el campeonato uruguayo de tercera división.
Por supuesto que es nuevo, e irá haciendo camino al andar, también lo hizo Juan M Mujica, Gallardo, Munúa, Gutierrez, Arruabarrena, unos mejor que otros y así es la cosa.
Juveniles llegarán para dar frescura al plantel, habrá que saberlos llevar, por lo menos tres experientes del actual plantel tendrán que continuar, se me ocurren Conde, Arismendi, Polenta, y ahí paro.
Pero Medina que es bicho, sabe que el salto de calidad viene de otro lado y hay que afinar la puntería.
Hay varios a los que habría que agradecerles los servicios prestados, negociar con sus empresarios y adiós. Fucile, Viudéz, Porras, Silveira, Ramirez, papelito Fernández, el tata González. Se dice que Aguirre no vuelve, no se pierde mucho, cuando lo necesitamos no estuvo nunca. Liguera un señor con mayúscula, fue él mismo, que dio el ejemplo a otros,que es lo que debieran hacer, fue y dijo ya no puedo dar lo que desearía, y se marcha. Un ejemplo de deportista.
Espino hay que recauchutarlo y ver si lo pueden vender y hacer algún mango, seguir a Rogel, Corujo, Viña, ver que hace la sanidad con un informe sobre Barcia, hay que reconquistar a Bueno al que mataron, se lo sacaron a Defensor que vaya si lo extrañó en las finales, donde los violetas no tuvieron delanteros y lo pagaron. Para vender no parece haber ninguno al momento y que deje plata.
Plata, un problema con el que se va a convivir en el último año del mandato del puma.
Para cambiar la pisada hay que traer tres jugadores que realmente den un salto de calidad, cualquiera no. Hay que bajar el presupuesto considerablemente, y si la nafta no da, decir la verdad a la gente,sin engaños, y salgamos a la competencia con perros cimarrones.
Otra cosa muy importante, sobre este final de año, la institución se resquebrajó a nivel dirigencial, la guerra interna salió a la luz para que la contra se hiciera el festín que buscaba, y que logró.
De este momento se sale unidos, no diciendo amén a todo, no quiero opositores, quiero minorías que aporten, que sugieran que trabajen juntos como nacionalófilos que quieren al club, controlando si; pero no mansillando la moral de la gente sin pruebas. Eso daña, socava los cimientos, hunde, mientras la gente de a pie sufre la desdicha de derrotas que lastiman el corazón. 
Eso no fue nunca Nacional, ni lo debe seguir siendo, basta de política, para conseguir cargos, que solo las elecciones dan cada tres años. Y ahí está el ki de la cuestión. No quiero mas abstenciones, en asambleas, hay que jugarse por lo que uno cree y está convencido, pero quedar bien con dios y con el diablo no es buena cosa. Así se demuestra miedo, ese miedo pánico que desde otros estamentos de la institución, escribas de las redes sociales por ejemplo,han instaurado en quienes los leen, la protesta por todo, poniéndose en víctimas sistemáticos. Esos son los que han pudrido cabezas e intentan con sus absurdas prédicas generar un llanto y la pérdida de grandeza espiritual para sobrellevar contingencias adversas. Que en definitiva son las que hicieron grande a nuestro Nacional. 
Nacional y su historia lo dice, es alegría, no llanto repulsivo y denigrante. En la derrota es donde la grandeza resurge mas fuerte que nunca, no olvidando jamás que muchas veces como en casos muy recientes se es penoso en el triunfo.


                                                                      Enrique Bello 

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