MOMENTO ACTUAL

Desde el mismo momento en que comenzó el partido frente a Plaza Colonia, y después del resultado final aún mas , nuestro Nacional entró en un mareo tal, primero deportivo y todas sus consecuencias posteriores. Declaraciones de todo tipo y tenor, se escucharon y leyeron. Las redes sociales estallaron con críticas durísimas y merecidas hacia el técnico Munúa que la embarró en grado sumo. Se supo posteriormente que llamado a directiva el lunes 29, el gerente deportivo Alejandro Lembo consultado, si sabía previamente lo que iba a hacer Munúa con la integración del equipo, dijo que lo desconocía. Si se analizan fríamente esas declaraciones,se llega a la clara conclusión de que las cosas no andan bien, porque es inadmisible que el gerente deportivo no conozca lo que va a hacer el entrenador.
Esa respuesta de Lembo a la directiva, lo invalida definitivamente para seguir ejerciendo ese cargo. El hombre dio claras muestras de no estar preparado para el mismo, por lo que personalmente pienso, al finalizar la temporada quedaá cesante, y ojo no me gusta que nadie quede sin trabajo, pero si no se está capacitado para el mismo, hay que actuar.
Por otro comentario, hecho por un connotado periodista de peso en el ambiente, el presidente Rodriguez le habría preguntado a Munúa porque, en vez de cambiar todo un cuadro, no cambió o 2 o 3 jugadores; con todo el dolor del alma desconozco lo que le contestó el entrenador, pero que el presidente que es un hombre calmo y sereno en sus manejos,  estaba caliente como un chivo, lo estaba, quiso disimular para no dar pasto a las fieras, pero con 60 días en la conducción del club y después del desaguisado cometido, el horno no estaba para bollos, y no hay que olvidar que todos tenemos un indio adentro.
Ahora bien, la mayoría de los dirigentes, también callaron, pero que la procesión iba por dentro, no tengan dudas, y la presión insostenible de la gente en su totalidad, mas los comentarios periodísticos, generaron un nerviosismo interno y desestabilizador, absolutamente innecesario.
Vino el partido con River Plate, por la copa, pero lo de tres días atrás estaba muy fresco e imposible de olvidar. River devolvió una pelota de Nacional que se había llevado torpemente del partido en Maldonado semanas atrás. Fue claro y notorio en el Parque que la gente fue predispuesta contra Munúa, le gritaron antes, durante, cuando los pésimos cambios hechos fue impresionante, y en el final del partido, la gota desbordó el vaso. El malestar con el entrenador, es cada vez mayor, porque la presión que tiene sobre sus espaldas es cada vez mas grande. Ya no se le perdona nada porque no es la primera vez que se equivoca feo, no olvidemos, que perdió el apertura cuando tenía una ventaja considerable en las tablas. Y hay mas errores. 
Es justo decirlo, contra River el partido debió ser ganado por Nacional que hizo mucho mas que su rival en el segundo tiempo y que además, no le validaron un gol totalmente lícito de Barcia. Así y todo hubo tiempo para ganar el partido, alguna jugada peligrosa existió, pero ojo no muchas, hubo rebeldía pero faltó criterio y dicernimiento , a la hora de definir.
Quiero establecer algo antes de continuar, el árbitro en la jugada del gol no cobrado, no tiene nada que ver, él está en forma perpendicular al arco, el responsable de la jugada es el línea, que si no lo cobró es porque no lo vio, algo perfectamente posible, por la rapidez de la jugada, o porque esa misma situación no le permitió llegar al fondo, o porque alguien lo pudo haber tapado, o porque en definitiva no lo vio y punto. Pero de ahí a utilizar terminología de tribuna para matar a los árbitros, me parece un total despropósito. Acaso nadie analizó varios y determinados rendimientos individuales de Nacional, Fucile, Gorga sin fútbol, Porras muy mal, Romero bajo, Ramirez muy desparejo, lo mejor fue una chilena que pudo ser gol, Nico López y S Fernández muy marcados, Barcia el mejor por lejos, pero después centros y centros para jugadores bajitos frente a los grandotes que puso River. Munúa se quedó con un cambio, fue el brasileño que nadies conoce, pero que por algo estaba en el banco y mide 1.88, tiralo a la cancha, si vas a jugar a los centros, nada de eso, así está bien, murió con los ojos abiertos frente al peor River de Carrasco de todos los tiempos, viendo el partido, adelante faltaba blancanieves, la gente me entiende.
Una mancha mas al tigre.
Pero las sorpresas seguirían, había que salir a combatir fuera de la cancha, dijeron todos, vamos a la CONMEBOL nota incluida, a protestar por el gol no cobrado, por el penal sancionado a Victorino en Rosario, se olvidaron de la mano escandalosa de Espino, minutos antes, de la política en la designación de jueces, un desconocido Mexicano para Huracán Peñarol, viniendo de lejos con gastos grandes. Lo mismo para Carrillo viniendo de Perú para arbitrar un juego entre dos equipos del mismo país y otras yerbas.
Pregunto: Si Nacional ganaba como debió ganar el partido con River, se hacía toda esta movida. 
Peñarol quiere arrancarle la cabeza a Larrionda desde que era juez, ahora en otro nivel, lo fustiga permanentemente, lo citan a su Consejo Directivo, éste no va, pero acepta hablar en otro lado y lo hace. Valdéz se molesta por esa situación, la presión surtió efecto. Ahora resulta que Nacional pide la cabeza de Larrionda, que entuerto muchachos. Jueguen y ganen en la cancha, se lo digo a jugadores, técnicos y dirigentes, que con los respetos que me merecen, también le erran feo.
Se perfectamente como son las cosas, porque soy hombre de fútbol, había que actiar para la tribuna y lo hicieron, para mi en forma equivocada, pero acepto otras opiniones, nada va a cambiar por esa nota, y queda un precedente internacional que no es conveniente, si se sigue adelante como todos deseamos.
Al margen de todo lo expuesto, igualmente hay que calafatear a este barco a nivel deportivo, hay varios aspectos a meterle mano, no quiero entrar en detalles en este momento porque ya lo he  mencionado en otros comentarios.
Clarito como el agua no creo en Munúa, capaz que con él pasa algo a similar a cuando dirigió Carrasco, ganó un campeonato y Alarcón le dijo, está bien Juan, te diste el gusto pero ahora andate. Pero falta mucho aún para ganar y viendo las patas a la sota, como me dijo alguien alguna vez cuando le dije creo, me contestó a creer a la iglesia.


                                                                 Enrique Bello