lunes, 28 de marzo de 2016

RECOBA

Lo escribo así con letras bien grandes, llegó a Nacional  en 1997, En un negocio que Damiani padre no quiso aceptar para Peñarol, llegó en lo que se llamó un gran paquete con tres jugadores mas, Ricardo Bitancour, Jorge Puglia y Néstor Correa, de Danubio, Fénix y Liverpool respectivamente. 
Nacional ganó el apertura de ese año con actuaciones memorables de aquel botijita que ya mostraba lo que iba a ser,de su enorme carrera futbolística a nivel internacional.
Pero pocos y yo digo hasta hoy; se dieron cuenta, lo que se vendría para esa segunda parte del año. Peñarol buscaba su quinquenio y el tema no era fácil. Primero había que sacar a Recoba de Nacional por lo que había demostrado y segundo  una maniobra de la dirigencia aurinegra, sucia como tantas en su historia, pero avalada por un error garrafal de la delegación de Nacional de la época, liderada por Víctor Della Valle, naturalmente que involuntario, de eso no hay dudas, en pleno campeonato, se cambió el reglamento, aplicándose lo que todavía hoy está en vigencia. La tabla anual.
Consumo final, se jugó el clausura, lo ganó Peñarol, aprovechó el beneficio que le otorgó la tabla anual, y mas la ida de Recoba, sacado a forcep por Casal, su cuadro, ganó, lo que hoy se sigue llamando el quinquenio de la chanchada.
¡Pregunto cuanta gente sabe ésto ?. Seguro que muy poca. Pero es la absoluta realidad.
Siempre se dijo que el chino desde pequeño fue hincha de Peñarol, desconozco si el mismo llegó a decirlo o no.
Hizo una carrera formidable en Europa, que no vamos a detallar, mas de una década, mucho pero mucho dinero, y volvió. Pero fue a Danubio, su club de origen y al que él quiere mucho. No tuvo gran suceso, y volvió a  Nacional en donde siempre se pensó quería retirarse ganador. 
Y así fue, ya veterano, con menos pelo y sin aquel mechón que tanto lo distinguiera por años, casi en silencio y con el descrédito de muchos. Su talento y su clase, parecieron no haber desaparecido, su bonomía, su señorío como deportista, estaba intacto, su velocidad física no era la misma, pero la mental, seguía brillando como en sus comienzos, y llegaron goles de todos los colores, de tiro libre de larga distancia, de corner, de penal, Peñarol lo sufrió enormemente, ganó dos campeonatos uruguayos y alguno corto. Goles clásicos sobre la hora que recordaremos de por vida. Fue capitán del equipo, los compañeros que tuvo, lo tuvieron y lo seguirán teniendo como un referente. 
El botija Pereiro se tatuó su rostro en un brazo, en un homenaje de idolatría para toda la vida.
En silencio, como ya lo había hecho en Danubio, ayudó a Nacional de muchas maneras sin que nadies le pidiera nada.
Nunca hizo obstentación, sencillo, humilde de poco hablar, ahí va el chino Recoba, después de saberse retirar en el momento adecuado, buscando retirarse en el Parque Central, como debía ser, y acompañado por ex célebres futbolistas del mundo que llegan para estar junto a una estrella del fútbol, que lo tuvo en su selección y con la gente,que lo aplaudió y lo vivó en las canchas como merece un grande.
Pudo ser candidato a la presidencia de Nacional, o dirigente, y los celos, la envidia y vaya a saber uno cuantas otras cosas, no se lo permitieron, aunque el estatuto no se lo impedía.
Agachó la cabeza, no dijo una sola palabra, como algunas veces en la cancha, mordió el polvo de una derrota, esta vez política, diciendo tendré revancha. 
Y la tendrás chino, desde este espacio me enorgullezco, no solo por verte jugar y disfrutar, sino por haberte conocido y tratado personalmente en alguna oportunidad.

                      GRACIAS POR TANTO


                                                  Enrique Bello

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