martes, 6 de septiembre de 2016

54 AÑOS

Fue un día como el de hoy, 6 de setiembre pero del año 1962. Hacía poco mas de una hora, salía de los Laboratorios Wella Internacional, después de haber cobrado mi primer sueldo, en aquella época como menor de edad. Mi alegría desbordante por aquel hecho me hizo subir muy rápido desde la calle Constituyente y Yaro hasta 18 de Julio.
Cuando llegué a la principal avenida, me acerqué hasta la puerta de la Confitería el Lyon Dor que aún existe en 18 y Pablo de María. La intención era llevarle de regalo a mi madre una bandeja de masas. Entré me dirigí al mostrador, era alto y yo no tanto, un señor mayor me pregunta que andas buscando pibe, le dije cobré mi primer sueldo y quiero llevarle una bandeja de masas a mi mamá.
El hombre un tanto desconfiado, me preguntó, de donde sacaste la plata, era una época que un pibe chico no anduviera con plata en el bolsillo. Le volví a reiterar lo mismo, pero no quedó conforme. Dame el teléfono de la empresa donde trabajas me preguntó y  un tanto incrédulo se lo di. Si me parece que fue ayer, lo recuerdo tal cual, se dio vuelta, miró un teléfono que estaba en la pared y llamó. Ahí trabaja un chico de nombre tal, una vez confirmado, el mismo me atendió y entregó las masas solicitadas. la sorpresa fue que el paquete era bastante grande, yo le dije, yo quiero un kilo, era muchísimo mas, me lo envolvió, me lo entregó con mucho cariño diciéndome te felicito por acordarte de tu mamá por eso no te lo cobro. Ese amable señor era el dueño, don Sebastián Bauzá presidente de Bella Vista y padre de quien fuera hasta no hace mucho, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Así me fui loco de la vida, pero faltaba algo, yo no era socio de Nacional porque mi padre era un manya recalcitrante y no pagaba mi cuota. Entonces tomé una decisión muy rápida, al llegar el ómnibus a 8 de Octubre y Jaime Cibils, me bajé apurado del mismo y me fui a la sede tricolor. 
Las oficinas estaban dispuestas de una manera muy distinta a lo actual, un señor de cabello bien blanco me preguntó que haces por acá, yo era del barrio, el me conocía, su apellido era Mallo, una vida en el club. Le dije vengo a hacerme socio, la pregunta no se hizo esperar, de donde sacaste la plata, obiamente repetí lo mismo que a Bauzá. Primero el carné aquel de plástico duro, la tarjeta, el pago de la cuota y la palabra final de Mallo mirá que voy a averiguar. Ta todo bien, tranquilo le contesté
Con esa carga emotiva, de mi condición de socio de la institución que amo, y el enorme paquete de masas, caminé por mi querida calle Urquiza donde vivía hasta llegar al 3289, mi casa casi Centenario. Con el carné de socio revoleando en mi mano derecha, mi mamá me recibía emocionada, mas que por las masas para ella, por la felicidad de mi rostro juvenil, por el logro alcanzado.
Ya he recibido la insigna de los 30 años en 1992 entregada por el dirigente Antonio Isidori, y la medalla de los 50 años de la mano del presidente Ricardo Alarcón en 2012.
Fue casualidad o causalidad que me hiciera socio en setiembre, mes que marca la historia grande de nuestro Club Nacional de Football.
Si aún hoy me parece que todo lo vivido hubiese sido ayer. 
Es la vida que pasa, pero la adhesión está enhiesta, el amor a una causa jamás se cambia,  y se recuerda siempre.
Es mas de medio siglo, mas de las tres cuartas partes de la vida útil como ciudadano. Después de esa joya tan preciada, vino la vida de adulto,, el noviazgo, el casamiento, los hijos, el trabajo y desde hace 28 años el periodismo partidario.
Pregunto puedo pedir algo mas, si soy feliz con lo que tengo y rodea mi vida, y Nacional mi Nacional es parte grande de ella.


                                                                Enrique Bello

2 comentarios:

  1. Pah, muy emocionante este artículo. Felicitaciones por ser feliz! Gracias por compartir, saludos!

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  2. Estimado Enrique, celebro contigo estos 54 años como socio del glorioso Club Nacional de Football. Muy emotivo tu relato. El raro designio de la vida llevó a que se produjera en Setiembre el comienzo de ese compromiso indeleble con Nacional. Quiso el destino o, quizás la buenaventura que en mi caso fuera una fría tarde del mes de mayo de 1958 y, en el Estadio, de la mano de mi padre, la que consagrara esta unión espiritual afectiva y pasional que me une a Nacional.- Recibe mi tricolor abrazo.- Dale Bolso !

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