Medellín una hermosísima ciudad Colombiana, inserta en el valle del Cauca, en el estado de Antioquia del país cafetero, nos sacude y nos estremece. Ir a 1935 cuando cercano al lugar de esta tragedia del joven equipo brasileño, moría Carlos Gardel.
Hay varias tragedias de equipos de fútbol en el mundo, a través de los años, me vienen a la mente dos, la del Torino equipo italiano y la de Alianza Lima de Perú, pero hay alguna otra.
Hace dos años fui invitado por nuestro Club Nacional de Football a viajar a Medellín, como consecuencia de los 25 años que habíamos cumplido con nuestro programa Dale Bolso. El viaje fue con escala en Lima y de allí solo dos personas por problemas de cupo, viajamos directamente a Medellín en un avioncito de Aero Perú que realmente cuando lo vimos, metía miedo subirse a él. Lo hicimos porque no había otra alternativa, y en menos de una hora sobrevolábamos la ciudad colombiana, minutos antes de aterrizar en medio de las montañas, el comandante dice que vamos a demorar algunos minutos en bajar porque hay mucho tránsito de aviones en la zona. Las montañas parecían tocarse con las manos, la vista desde el avión era maravillosa, los nervios nuestros por el aparato en que íbamos y las ansias por bajar rayaban con el desespero. La respiración contenida, nos hizo descender de la nave liquidados de los nervios.
Cincuenta quilómetros por carretera sinuosa entre la montaña, nos llevaron al hotel.
Pasear por la misma fue un placer, conocerla bastante, ni les digo, comprar otro placer, un remisero nos dijo, esta es la ciudad de la eterna primavera, y era verdad, temperatura re agradable, verde por todos lados, gente amable, hermosas mujeres como jamás vi en mi vida, vine enamorado diciendo me gustaría volver.
Pero que peligrosa para los descensos y despegues de los aviones.
Por allí cayó el Chapecoense, que infame es el destino, los que amamos al fútbol sea cual sea su nacionalidad, estamos de luto.
Que descansen en paz amigos brasileños del Estado de Santa Catarina, tan cercano y visitado por nosotros los uruguayos cuando hacemos turismo.
Enrique Bello
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