miércoles, 11 de marzo de 2015

RECUERDOS MERECIDOS 2

En el comentario anterior, nos referimos a la muerte de César Bernal, unas horas después, no podemos dejar pasar por alto, la otra muerte que nos dolió y mucho. Fue la de Alberto Camilo Velazquez, ciclista de elite en sus tiempos jóvenes, ganador de innumerable cantidad de competencias, tanto a nivel local como internacional, no entro en detalles porque omitiría muchas cosas y cometería una gran injusticia. Persecución individual fue una de sus especialidades que lo distinguieron como campeón. Vinculado desde siempre al Club Ciclista Maroñas, una vez colgada la bicicleta pasó a ser entrenador de fuste,en un deporte harto sacrificado y que en el Uruguay tuvo su gran cuarto de hora en las décadas del 50, 60, 70, 80 y menos en la que ya se veía, década del 90.
Alberto Velazquez hombre, afable, cordial, sereno se fue transformando de apoco en un referente de lujo para muchos ciclistas, ejercía docencia, enseñando detalles que parecían menores, pero que a la larga le daban la razón.
Descubrió a un hombre entre muchos otros antes, que catapultó a la fama, fue Federico Moreira con quien tenía una gran amistad y alta valoración.
Pero, siempre hay un pero, en la era de conducción de Ceferino Rodriguez y Rogelio Ramirez, por iniciativa de éste legendario dirigente tricolor, volvió después de muchos años, el ciclismo a tener la camiseta de Nacional en las rutas nacionales.
Así llegaron varios muchachos de diferentes equipos, traídos al club por quien sería su director técnico, don Alberto Camilo Velazquez. Sergio Sartore, Luis Emilio Ubach, Cono Barrios, entre los mas notorios, pero a ese plantel llegaba un jovencito de físico esmirriado 19 años tenía, era una apuesta de la sapiencia y el conocimiento del entrenador, ese pequeño y desconocido ciclista recién llegado, era nada mas ni nada menos que Milton (gorra) Wynants.
Recuerdo la presentación en nuestra sede social, todo un acontecimiento, allí presentes nosotros, amantes del ciclismo, se nos acerca Camilo Velazquez y nos dice en vos baja, mire Bello, 
ese ciclista y señalando a Wynants en dos o tres años va a ser el mejor ciclista del Uruguay en muchos años a esta parte.
Escuchamos en silencio al sabio maestro, que por algo estaba marcando tamaña afirmación.
El tiempo fue transcurriendo, nosotros cerca del ciclismo tricolor nos fuimos metiendo casi sin darnos cuenta y siguiendo a esta gloriosa camiseta por todo el país y en cuanta competencia participó. Junto a mi compañero y amigo Gerardo Etchard, acompañamos a la delegación en varias Rutas de América y Vueltas Ciclistas, además de las tradicionales carreras domingueras. 
Esos viajes metidos dentro y fuera de las carreras, nos permitieron aquilatar lo que era Alberto Camilo Velazquez, estaba en todos los detalles, antes, durante y después de las carreras, se preocupaba por las comidas y por las horas de las mismas, que no son las mismas de cualquier otro deportista.
Aunque no lo crean vigilaba el sueño y el descanso de los ciclistas. Nadie levantaba la vos cuando hablaba Camilo como cariñosamente le decían. Por las noches en carreras de largo aliento, charlábamos largo y tendido, era un libro abierto, sus conocimientos y anécdotas, eran fantásticas, manejaba hasta el tema de la medicación sin que se le escapara un solo detalle.
Ni que hablar que Milton Wynants ya era figura consular del equipo, seleccionado permanentemente, se fue transformando casi sin quererlo en el mejor ciclista uruguayo de su generaciíon. Wynants era nacionalófilo hasta el cuajo, como también lo era Camilo Velazquez y los corredores que defendían la blusa tricolor. Esa fue una premisa de Rogelio Ramirez cuando puso en escena, además de dinero, para que nacional hiciera historia, y vaya si la hizo, fuimos testigos presenciales de llegadas memorables en diferentes ciudades del interior y en donde observar a la gente durante kilómetros y kilómetros previos a la meta, los distintivos tricolores de cualquier naturaleza, nos sacudían los cimientos del alma a los que vivimos a Nacional como pocos. Eran tan fuertes las emociones que aveces no lo podíamos ni creer nosotros mismos.
En el año 2000 Milton Wynants aquel muchachito de 19 años de físico pequeño, pero grande en toda su dimensión, lograba para nuestro país la medalla de plata olímpica en Australia, ante el asombro mundial.
Las sabias palabras de Alberto Camilo Velazquez tres años antes se hacían realidad. Velazquez estuvo en nuestro programa "Dale Bolso" en cantidad de oportunidades, siempre con la bonomía y el señorío que lo caracterizaban, era manso pero no tonto, conocía las reglamentaciones como nadie y lo vi defender con fuerza y convicción a Nacional como si en ello le fuera la vida. Esa vida que se le fue hace pocos días, pero que su recuerdo permanecerá intacto, estoy seguro en toda la familia del ciclismo y de los que lo conocimos en profundidad, durante muchos años.
Se fue otro grande la historia tricolor, de un deporte en el que nuestra Institución como siempre marcó el primer hito al ganar con la camiseta de Nacional, don Leandro Noli la primer vuelta Ciclista del Uruguay en 1939.

                                                         Enrique Bello

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