SEGUIMOS CON EL ABSURDO

En toda la semana que pasó, el tema Sebastián Abreu fue si va a Brasil, , si iba a ser considerado en el plantel que enfrentaría a El Tanque, que había entrenado bien, que como Alonso y Taborda estaban lesionados, las posibilidades del loco aumentaban, y hasta muchos lo daban como jugando de titular. Cuando se dio a publicidad el plantel de concentrados, Abreu ni figuraba. El entrenador siempre dubitativo cuando se le preguntaba sobre el minuano, nunca dejó la sensación clara sobre lo que piensa de Abreu, en una palabra hay que decirlo sin pelos en la lengua, Gutierrez no lo quiere, y lo peor hay gente en la institución que está permitiendo un manoseo absolutamente injusto con un jugador que no es cualquiera en la vida de Nacional.

Como no se clarifican las cosas sobre la real situación, los nacionalófilos desconocemos que es lo que está pasando. Algo absolutamente inenterndible, al no haber explicaciones por parte de quienes tienen la obligación de hacerlo, y me refiero especialmente a los dirigentes y al presidente que fue quien lo trajo, y arregló con él un contrato desproporcionado, que hay que seguir pagando.

Como a mi me gustan las cosas claras, y esta es oscura por donde se le mire, manifiesto mi malestar, antes del partido con El Tanque, porque estoy convencido que Gutierrez se creyó que es mas de lo que realmente es y con su modito muy tranquilo y sereno se fue posicionando en un nivel de mando absolutamente fuera de lugar. Quien esto escribe desea lo mejor para él y sobre todo para Nacional, pero está convencido que está dando mas en la herradura que en el clavo en la forma de integrar el equipo titular con jugadores en muy bajo nivel y en la conformación del plantel no acierta, es bueno decir que las lesiones lo han complicado, pero no tiene respeto por algunos futbolistas, salvo que uno esté equivocado de medio a medio, algo que de ser así, lo reconocería, sin ningún tipo de inconvenientes. Pero el mencionado es mi pensamiento y como tal lo expreso.

                                                                                                             Enrique Bello