lunes, 16 de mayo de 2016

CON LAS MANOS VACIAS

Sin dos de los mejores jugadores del equipo, y con otros bastante fundidos por la intensa actividad a que están siendo sometidos sin el descanso adecuado, Nacional y sus hinchas fuimos al estadio a ver un partido que en lo previo, se preveía como bastante difícil de ganar.  Pero se sabía de antemano que si no se ganaba; practicamente, y salvo un milagro, se le decía adiós al campeonato uruguayo Minutos después . Eso estaba muy claro en la cabeza de la gente.
Pero y siempre hay un pero, los pingos se ven en la cancha, un primer tiempo parejo sin chances para los equipos. La cosa cambió en el 2do. tiempo cuando a los 5 minutos un escandaloso penal permitió a Polenta poner en ventaja a Nacional. Minutos después, de un corner tirado como puñalada desde la derecha al área  Aguirregaray que nos tiene de hijos, nos volvió a convertir en el área chica, zona de nuestro arquero, que falló estrepitosamente. Otro penal claro e innecesario, le dio a Polenta la segunda ocasión de convertir y pasar a ganar nuevamente.. Hasta ahí todo bárbaro para el tricolor, pasó a dominar totalmente el juego, el rival hacía agua por todos lados, y las chances de gol para Nacional llegaban con claridad una tras otra. Si los delanteros nuestros no las convertían, la culpa no era de los rivales, a los que agrandábamos como en tantas otras ocasiones. Y cuando perdonas la vida viejo, a la larga te pasa lo que le pasó a Nacional, a falta de 5 segundos, por mal manejo de la situación en cancha. No faltas cerca del área, no permitir tirar centros con facilidad al rival, que desde tiempos inmemoriales cada vez que consigue un resultado favorable clásico,  lo hace de esa manera. Así pasó lo que pasó, otro centro, fallan dos defensas nuestros de selección,el golero vuelve a creer, que lo que viene por el aire es una gaviota, no sale con los puños a reventar todo como corresponde en el área chica, y un enanito, que no le hace un gol ni al arco iris, la pelota le pega en  la parte de atrás de la cabeza y nos empatan un partido infame. Partido que como se presentó, se debió ganar y con claridad. Pero la culpa es nuestra, volvimos a dar vida, comprometimos seriamente el campeonato, el plantel quedó liquidado anímicamente y es lógico. Y fíjense la paradoja, la mayoría de los jugadores hicieron un buen partido.
Conclusión, a Peñarol no le empatas ni le gana así, ellos se preparan mejor para situaciones de este tipo. Con un hombre de menos, se fueron locos de la vida y con razón, si quedaron con máximas posibilidades de campeonar, no festejaron el empate, y les importó un pito no ganar durante nueve clásicos, el objetivo lo lograron, que fue injusto sí; pero nada de ello sirve. Munua y sus declaraciones que nada dejan, la esperanza del jueves contra Boca en la Bombonera, para intentar seguir adelante en una patriada, no imposible pero harto difícil por las condiciones físicas, sanitarias y anímicas con las que irá Nacional. Ojalá se nos de, porque si no tendremos que dirigirnos al muro de los lamentos y llorar nuestra desazón.
Lo juro, hacía muchos años que no me iba tan caliente del estadio, De ninguna manera se puede no ganar un partido como el de ayer donde las diferencias entre los dos equipos fundamentalmente en el segundo tiempo fue tan grande de Nacional sobre Peñarol.


                                                             Enrique Bello

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