Está bien que ello ocurra, nadie lo pone en tela de juicio, pero de allí a entrar casi en un estado de paranoia, para jugar ahí cualquier partido de fútbol, por el solo hecho de decir jugamos en nuestra casa hay un abismo.
Todo viene al caso por la llegada de Boca Jr a Montevideo para jugar cuartos de final de Copa Libertadores.
Que Boca venga, no es novedad, ya lo hizo en infinidad de ocasiones, ganó y perdió como cualquier equipo.
El tema en cuestión es la llegada de sus hinchas, en la cantidad de tres mil, con gente muy pesada y difícil de controlar, por sus características violentistas, vayan donde vayan. Bebes de pecho no , mas bien gente peligrosa, en muchos casos con graves antecedentes en su país.
Se imaginan a toda esa masa en derredor de las callecitas llenas de casas en el entorno del Parque Central. Que alguien me diga, si viviera en la zona, si le gustaría tener toda esta gente en sus cercanías; a nadie por supuesto.
Pero los técnicos, jugadores y dirigentes de Nacional, dicen queremos jugar en el Parque Central, la seguridad del club dice que no hay ningún tipo de problemas y pone como ejemplo otros partidos jugados allí.
Mientras por un lado, la oficina de marketing, el departamento de socios, los propios dirigentes, trabajan motivando a los hinchas a hacerse socios, para llegar a la nada despreciable cifra de cien mil, para la que no falta mucho, por otro lado si se juega con Boca en el Parque, se le impide a treinta mil personas ver a su cuadro..Pregunto, no es difícil de entender esta ecuación.
Mientras escribimos esto, el Ministerio del Interior, las Autoridades de la Policía, la Comisión de Seguridad de la AUF, y dirigencia de Nacional, están en procura de las soluciones que contemplen todas las partes.
En las últimas horas hemos oido hablar de las canchas, sobre el tema hay cosas por decir, el Pque Central , está bastante bien, pero no tan bien como hace un tiempo atrás, el Centenario, decididamente está mal, no precisa ser un iluminado para darse cuenta, y lo que vimos de la Bombonera, fue para llorar.
Por un lado, hablamos sistematicamente de la pobreza, de las carencias económicas de los clubes, de las dificultades para hacer frente a compromisos pre establecidos, pero por la desesperación por jugar en nuestra cancha, arriesgamos perder entre trecientos y quinientos mil dólares.
Hablé con el presidente Rodriguez, un hombre cauto, tranquilo, ponderado en sus determinaciones, y le planteo todo esto con el fin de sumar, pero me contesta que jugando en el Parque se busca la fidelización de la gente con el club, es una opinión, yo particularmente no la comparto , la respeto como corresponde, pero estoy convencido no hay forma de sustentarla.
Las incongruencias en las que se maneja todo, en las últimas horas es llamativa, por un lado, el domingo se juega el clásico, y las autoridades a pedido del Ministerio del Interior lo fijaron a las 15 horas, para que el encuentro termine de día, mientras Nacional jugaría con Boca a las 19.30, con tres mil visitantes, muchos de ellos peligrosos, a los que habría que controlarlos con un ejército de policías, con todo el poder de disuación y represión ante cualquier eventualidad, y en una zona que no es un dechado de virtudes en cuanto a su luminosidad. No me digan que no es difícil de entender.
Bien, si el partido Nacional Boca se juega en el Pque Central, a las 19.30, el clásico del domingo 15 se debe jugar en el estadio de la ruta 102, con tres mil hinchas de Nacional custodiados a guerra. Y el próximo clásico en el que Nacional sea locatario, deberá jugarse, así como está nuestro estadio, con tres mil hinchas de peñarol en la tribunas, también custodiados a guerra. Y se terminó la historia señores, no le demos mas vuelta al queso. Seamos coherentes en las determinaciones, y nadie se va a enojar. Los responsables de cosas mal hechas, serán juzgados en su momento por la opinión pública.
Un detalle del que no se ha hablado mucho, me refiero a los palquistas, ellos han sido los máximos protagonistas de que hoy veamos al Parque Central como está, son los que pusieron la plata grande para verlo crecer, por lo cual no pueden caber dudas de que muchos de ellos, no todos, ejerzan un toque de presión importante, y con absoluta razón. Pero las decisiones institucionales deben permanecer bajo la égida de la Institución. De eso no cabe la menor duda.
Este partido con Boca no es cualquier partido, se juega mucho, y hay cuidar todos estos detalles que hemos marcado aquí.
Una cosa es el sentido de pertenencia, pero no parece en esta situación, haberse puesto de manifiesto por quienes tienen la obligación de hacerlo, criterio, sentido común, racionalidad, equilibrio y todo lo necesario que debe poner gente que está inmersa en las cosas del fútbol.
Todo esto también fue dicho por radio en nuestro programa del domingo 8 de mayo, y conversado previamente con nuestro flamante presidente, antes, así que tranquilidad espiritual es la que tengo, porque el que avisa no traiciona.
Como decía el legendario Wimpi, que todo sea para bien.
Enrique Bello
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