Después de la eliminación de la Copa Libertadores, que dejó satisfecha a la parcialidad de Nacional porque desde el punto de vista de la entrega, se dejó todo en la cancha.
Había que seguir con la actividad local, para intentar cambiar la pisada, faltando tres fechas y corriendo de atrás, a raíz de algunos traspiés, por causa de la intensa y desgastadora doble competencia.
Siempre quedó en la retina de la gente, aquel gol de Barcia contra River Plate en el Pque Central, que no fue cobrado por la terna que arbitró aquel partido. Un gol que debió ser triunfo para Nacional y que lo hubiese dejado con el primer puesto del grupo, y después jugar con algún rival de menos monta que Boca.
Los lectores se estarán preguntando, el porqué del título de esta nota, si lo mencionado hasta el momento es todo de Nacional.
Bueno creo que correspondía comenzar así, marcando un arbitraje internacional grave, que perjudicó notoriamente a Nacional, y que nuestra Institución se bancó a pie firme, y siguió para adelante sin hacer tanto barullo.
Si contáramos en nuestra vida, como hombres de Nacional, las veces en que nuestra institución fue perjudicada por temas arbitrales, no nos alcanzarían, días, semanas, meses y años para mencionarlas, de clásicos ni hablemos, ha sido escandaloso a través del tiempo, pero no solo de clásicos hablamos, contra equipos chicos, también. Que en oportunidades, fuimos favorecidos por algún arbitraje, nadie lo pone en tela de juicio, pero ello le ha ocurrido, le ocurre y le ocurrirá a todos los equipos, y agrego algo pobre la mayoría, por no decir todos los equipos menores, que con los cuadros grandes en infinidad de ocasiones entran a la cancha a jugar, perdiendo uno a cero.
Hace algunos meses y por jugadas claras y justas a Nacional se le han cobrado varios penales a favor, es cierto hubo uno fuera del área, error de un línea que llevó al árbitro a equivocarse.
Allí empezó a gestarse desde ámbitos peñarolenses, la frase penal para Nacional, porque en las mentes de su gente, corrió como reguero, que el tricolor era el gran favorecido.
Mientras eso pasaba, Nacional perdía frente a Plaza, frente a Cerro, empataba con Juventud y Sud América, y relegaba posiciones en forma insólita por errores propios. Y nadie habló de arbitrajes, ni hubo quejas, Nacional se bancó a pie firme y siguió jugando a dos frentes, con lesiones, y un desgaste por la continuidad de partidos, que terminó pagando carísimo a nivel internacional.
Así se llega a las últimas tres fechas del Clausura, en la tercera posición y también segundo en la tabla anual, con lo que conlleva, mirar la tabla de abajo hacia arriba. Así las cosas Danubio irá al Pque Central en busca de lo suyo, pero a un partido, con un condimento inesperado, la derrota de Peñarol ante Wanderers por goleada, genera un incentivo extra para nuestro Nacional, que de ganar puede quedar primero en las dos tablas y complicarle la vida al carbonero mas de la cuenta.
Pero el aurinegro ganador de mil batallas, favorecido por arbitrajes, no malos sino escandalosos, hoy llora su amargura por dos presuntos penales que no les cobraron. Yo aclaro uno solo, el segundo. La furia los invadió, la amargura y el desasociego en el que entraron, es poco creible, ahora quieren voltear a todo el mundo, las declaraciones de sus dirigentes, los Areco, los Ruglio, los Rachetti, los Catino, los Perrone, todos llorones permanentes, porque ven que se les viene la noche. No por los jueces, sino porque son un desastre deportivamente. Entonces apuntan a los jueces, W Pereira su aparente mas ponderado dirigente y vice presidente, también cayó en la redada provocada por sus compañeros, en los diferentes medios y perdió la línea. Ni quiero saber sobre Damiani y Morena que aparentemente se pegaron el faltazo al Viera, lo que deben estar viviendo. Morena jaqueado por incriminar permanentemente a los árbitros, concurriendo a insultarlos hasta los propios vestuarios.
Malos deportistas consuetudinarios, que en vez de mirar hacia adentro, siempre buscan en los demás sus propios errores. Bien nuestro presidente, cuando dijo después del clásico, hubo tres penales a favor de Nacional y uno el decisivo, no lo cobraron.
Porque los manyas, como se auto insultan, algunos sin saberlo, según les iba en el último clásico, sacaban los alcanza pelotas o los volvían a poner. Y golpearon los vidrios de los Palcos, e insultaban a dirigentes y miembros del colegio, lo que causó un tremendo malestar en autoridades del fútbol.
Esa es la diferencia grande de Nacional sobre Peñarol, su gente a todo nivel, con la excepciones naturales que siempre existen.
Pierden 4 a 1 y arman terrible kilombo, por favor, agachen la cabeza y acepten la realidad, aveces por mi, aveces por vos.
Mediodía de domingo 22 de mayo se reúnen para tirar abajo al Colegio de Arbitros, impedir que A. Cunha no sea el juez uruguayo en la Copa América de Estados Unidos, jaquean desde hace tiempo al Comité Ejecutivo, en el que tienen un miembro, nada les viene bien, nada los conforma, tiran la piedra y esconden la mano.
Nacional en alerta máxima, esta gente cuando se enfurece es capaz de cualquier cosa, y que no llame la atención a nadie.
Ahora somos nosotros los bolsilludos, los que nos regocijamos ante situaciones, como las que viven en otras tiendas. Cuando les cobran los penales a favor que no son, callan, cuando a sus rivales de turno no les cobran penales a favor que son claros, no dicen nada. Hoy por mi, mañana por vos, es la vida viejo, y hay que saber ser buen deportista hasta cuando te pueden perjudicar.
Los manyas nunca lo entenderán así, porque toda su vida fue y es así, siempre jugaron y actuaron involucrados con lo sucio, y lo siguen haciendo a cualquier costo, por todo ello me place, poner y hasta con una dosis de sorna, esta frase.
PENAL PARA PEÑAROL
Enrique Bello
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