Desde el 8 al 28 de mayo, se cayó la estantería, se le había ganado a Racing ahí ahí y fue el comienzo del fin.
Antes de esto los partidos con Corhintians , que no habían complicado mucho el accionar del equipo. Ya el mismo estaba conformado y generaba espectativas en la gente. Para quien esto escribe, esa espectativa de grandes logros nos parecía exagerada. Se embaló a la parcialidad en forma por demás desmedida, y eso fue muy peligroso.
Por supuesto que al avanzar en la copa, las esperanzas de cosas buenas, ilusionaron a muchos.
Nosotros, desde hacía muchísimos meses, veníamos marcando con énfasis que teníamos un buen equipo titular, pero no un gran equipo, pero la mayor carencia era, que no teníamos un gran plantel como pregonaba nuestro técnico. Por el contrario era un conjunto de hombres que integraban un plantel, pero totalmente desbalanceado en sus distintas líneas. Y lo sostuvimos a pie juntillas, se lo comentamos a amigos, a dirigentes, a periodistas colegas, lo expresamos por radio infinidad de veces, y como si eso fuera poco lo establecimos en nuestro blog, para que quedara escrito.
Nadie o casi nadies entendió nuestra postura, que en algunos casos molestaba, porque el común denominador, veía todo en forma maravillosa. Pero el tiempo nos ha enseñado que mas allá de nuestro partidarismo y amor por la causa nacionalófila, al fútbol hay que mirarlo de otra manera mas aguda, para que después no lleguen desilusiones y tristezas como la que se está viviendo por estos días.
Siempre tuvimos claro que cuando el técnico miraba el banco de suplentes, jamás tuvo a alguien que le cambiara nada, y allí estaba el gran déficit.
Así llegaron los momentos decisivos a dos frentes, lo internacional que motivaba y mucho y lo local que a pesar de un montón de errores cometidos, siempre estaba al alcance de la mano. Entre paperas, y gripes que se fueron superando como muchas enfermedades de ese tipo, la doble competencia fuerte dejó sus secuelas, y se perdieron tres jugadores importantes, López, Ramirez y Tabó. Jovencitos los tres, pero desgarrados. Sus ausencias debilitaron considerablemente al equipo titular. La falta de previsión y ojo avisor de quienes conducían al equipo, y dirigentes que no se dieron cuenta de que faltaban recambios, comenzó la debacle. Boca acá y allá, mas penales errados, tres en seis fue mucho. En el medio un clásico que no se supo ganar, porque se falló a la hora de cerrarlo de diversas maneras. Ese fue el punto de inflexión para el desbarajuste final. Danubio va al Pque Central nos da un pesto bárbaro y nos gana legitimamente uno de los varios partidos que nos pudieron dar posibilidades en lo local. Una semana después, ya mas descansados, pero con un equipo pésimamente conformado por un entrenador que ha dado mas en la herradura que en el clavo, Rentistas a punto de descender, nos gana comodamente dejando ver a nuestro equipo como un alma en pena dentro de la cancha. Al mismo tiempo en otra cancha el Danubio altanero que nos había bailado siete días antes, era goleado en su cancha por Wanderers. Hoy estamos fuera de todo, pero a los hinchas nos subestimaron, haciéndonos creer que teníamos mas de lo que realmente teníamos. Consumo final, como dijo aquel yugoslavo Petrovic, catastrofa.
Lo digo una vez mas, sin lastimar a las personas, que nunca está en nuestra intención, solo hablamos de fútbol, el técnico no estaba pronto para conducir a Nacional y todo su entorno, no parece haberlo ayudado mucho. En sus entrevistas periodísticas, no convence a nadie, pero una decisión institucional, a pesar de los fracasos impensados, dejará todo
como está. Muchos jugadores se deben ir por no haber llenado las necesidades mas imprescindibles, no soy yo para decir quienes, salta a la vista, otros vendrán, pero cuidado, está en riesgo la participación en Libertadores 2017. Y yo me pregunto, si apuntamos a jugarla, tengamos un plantel medianamente competitivo, si no es preferible hasta no jugarla y apuntar a lo local. Aunque hoy por hoy, jugar en la serie inicial deja muy buen dinero. No es fácil hoy, ganar una Libertadores, esta última estuvo cerca, pero con eso no alcanza, hay que concretar.
Enrique Bello
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