domingo, 21 de abril de 2019

TODO SIGUE IGUAL

Al empatar Cerro en el estadio de Peñarol, lo que ocurrió por la tarde en el Capurro  hizo que todo permaneciera incambiado.
Fénix invicto, y un punto atrás del puntero y Nacional a 9 puntos.
Esa es la síntesis para una tarde de sábado, que tuvo un partido insólito con ocho goles, que dejó paño para la polémica como le gusta a los uruguayos, buscar la quinta pata al gato.
Lo primero que hay que decir, es que el empate abultado entre Nacional y Fénix fue un resultado justo, ninguno mereció ganar. Ya de entrada se vio que no se pagaba peaje en el medio campo de los dos equipos, y que los goles llegarían de un lado y de otro con total facilidad. Y fue así nomas. La propuesta de Carrasco ya es sabida, el juega mirando el arco de enfrente, pero se olvida que hay dos en las canchas y al de él, lo ignora y así lo clavan como un zapato cada vez que le llegan, por eso siempre le falta algo para concretar.
Gutierrez con el que ya es sabido que no comulgo, porque juega a la retranca, debe de haber pensado, si este me va a atacar, yo le voy a hacer lo mismo, y se lo hizo y no era descabellado pensar en que pasaría lo que finalmente pasó.
Después de la victoria 6 a 0 a River, dijimos ojo con esto, miren lo que es River, se comió 4 contra progreso. Pero la gente se embaló como casi siempre sin analizar nada. Vino Cerro Largo y empate sufrido, y Gutierrez que se bate el parche diciendo de su enorme alegría por tener cero en el arco, se comió 6 goles en dos partidos.
Chau verso Guti, basta con eso. Ahora bien, que este equipito de cuarta categoría de Fénix, sin ningún jugador estrella o desequilibrante, acaso el botija Leo Fernández el mejor por lejos pero con muchos altibajos. Le haga cuatro goles a Nacional y le pudo hacer en el segundo tiempo dos o tres mas, marca de cuerpo entero lo que es el plantel tricolor actual. Empecemos por eso, que de lo primero que hay que hablar. Nacional sigue jugando muy mal, no tiene un esquema definido de juego, el tema ahora es a puro centro sin concertación de jugadas desde el medio de la cancha. Rafa García todo voluntad, pone del alma en la cancha, sacó un gol en la raya era el quinto de Fénix, revolvía en la otra área, pero con un desorden propio de un equipo mal estructurado por el entrenador. Por ello venimos sosteniendo desde hace tiempo que no hay futuro, Nacional participa, pero no tiene juego alguno como para conseguir algo importante.
Y así los hinchas asistimos a situaciones como las vistas en Capurro, que daban pena. No se perdió porque Carrasco y sus torpezas para cerrar un partido, otra vez le dieron un profundo cachetazo y Nacional a pesar de fallos arbitrales muy malos, logró un empate merecido.
Sobre el arbitraje lo primero que quiero decir es, que el señor Andrés Cunha no fue reponsable, salvo dos errores que se le pueden achacar. La patada de Cantera en el pecho a Rafa García, que no fue expulsión porque el juez se dio cuenta que mas allá del golpe muy fuerte, no fue intención del jugador de Fénix ir de mala fe a la jugada, es decir se le fue la pierna. Es mi opinión, acepto otras. Zunino en el segundo tiempo tiene otra muy dura contra un rival que tampoco era para roja. Por lo demás, para mi buen arbitraje, no hubo penales, no hubo jugadas dudosas, los goles todos lícitos.
Acá el tema de controversias, lo pusieron los líneas, un tal señor Zoppi  que no vio un gol legítimo de Nacional en el final del partido con la pelota dentro del arco después del tiro libre de Santiago Rodriguez,  y la otra jugada del gol de Viña que en la cancha nadie vio correctamente y que por televisión deja dudas, y en la duda el línea a 50 metros no la validó.
Pero como acá decimos todo, también es muy dudoso el primer gol de Bergessio que si se validó, en favor de Nacional, Cuando parte el tiro de un jugador de Nacional desde la derecha, ahí parece estar adelantado Bergessio, después un rebote en un jugador de Fénix no habilita, lo que vale es la primer jugada cuando parte el pase, pero también es muy fina y en este caso el línea dio el gol. Nada que ver Cunha con esa jugada, como con la anterior tampoco.
A Cunha lo viene matando Peñarol desde hace tiempo, y para mi en contra de lo que piense la gente no arbitró mal. 
Como decimos siempre, agarramos los ratoncitos y dejamos pasar los elefantes. Miremos hacia adentro, un cuadrito nos hizo 4 goles si,4 goles y nos pudo haber ganado y salimos a hablar de los jueces a cinco fechas del final de un campeonato ya perdido hace varias fechas. Y como se dice vulgarmente, hablando calientes para la tribuna se sale a pedir desde la propia cancha la renuncia del colegio de árbitros.  Algo que debieron haber hecho antes de empezar este torneo, ahora tarde piaste. Se han hecho tan pero tan mal las cosas a nivel deportivo en Nacional. Que lo único, y repito lo único que podría mitigar en algo tanto desvarío, es ir al estadio de Peñarol y ganar el clásico. No queda otra porque la tabla anual también está muy comprometida. 
El 22 de junio y hasta el 7 de julio se van de pre temporada a Florida Estados Unidos, a Boca Ratón, allá jugarán otro clásico, pero de lo que no se pueden olvidar, es de traer por lo menos tres jugadores de nivel que le cambien la cara a este pobre plantel de Nacional, si es que queremos apostar a algo importante.
Yo no los voy a nombrar por una cuestión de estricto respeto personal, porque no soy entrenador sino un atento observador, pero hay varios futbolistas que no justifican su presencia en Nacional.
Eso es claro y notorio y es allí donde tienen que apuntar los dirigentes y seguir muy de cerca a un entrenador al que el discurso se le está terminando y da mas en la herradura que en el clavo. 
Ahora a Brasil, Belo Horizone espera agazapado que el Minheiro mejore. Ojalá no se destape contra nosotros, pero ojo son brasileños y locales, venimos de empatar con Fénix 4 a 4, si los brazucas miraron ese partido, se estará restregando las manos, y pensando y nosotros no podremos. Gutierrez iluminate y no te encierres como cuadro chico, salí a la cancha con precauciones pero a intentar ganar y no a pasar verguenza como en Capurro.


                                                                    Enrique Bello
    

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