Los últimos años lo han tenido cargado de violencia previa, durante y post partidos, yo le agrego absurda violencia porque no deja de ser un partido de fútbol, y al otro día la vida continúa.
Los controles y las fuerzas de seguridad han sido mas protagonistas que los propios actores, algo que no puede ni debe ser. Pero la realidad indica otra cosa y las precauciones hay que tomarlas, la droga y el alcohol han hecho su trabajo de deterioro en muchas mentes, sobre todo de jóvenes y estamos asistiendo con pavor a situaciones que años atrás eran impensadas.
Traje a colación todo esto, para consustanciarme con el título de esta nota. Y aquí va el porqué de la misma.
En estas últimas dos semanas hemos asistido a través de la televisión a las semifinales de la copa de Europa con partidos entre Real Madrid y el Borussia Dormound y el Barcelona contra el Bayer Munich. Goleadas en contra de los equipos españoles en Alemania y resultados negativos en España. Consecuencia eliminación de ambos, para la final en Wembley el 25 de mayo.
Tristeza enorme en el país campeón del mundo y en las parcialidades de los dos equipos mas importantes del país. Ni que hablar en sus dirigentes técnicos y jugadores, constelación de estrellas futbolísticas, ganadores empedernidos y multimillonarios en lo económico.
Pero perdieron, como pierden todos en el mundo, porque no siempre se puede ganar. Y allí se vió la grandeza de esas instituciones y de varios de sus jugadores, reconociendo y aceptando la superioridad de sus rivales con una hidalguía y un señorío profesional absolutamente conmovedor.
No los voy a nombrar porque todos los vimos a través de la tele. Pero le demostraron al mundo entero, que hay momentos en que se es mas grande en la derrota que penoso en el triunfo.
Como llega un clásico en lo que hay tanto en juego, obiamente mucho menos que lo que se jugaron Barcelona y Real Madrid hace pocos días. Imitemos lo que hicieron los españoles después de derrotas dolorosas y que los jugadores de Nacional y Peñarol acepten de la misma manera el resultado que les toque en suerte.
Fiesta en paz es lo que todos deseamos, unos se irán alegres y felices otros masticando el polvo de la derrota y la tristeza que la misma conlleva, pero habrá sido un partido de fútbol, nada mas.
Por todo lo expresado como comunicador sensato que me siento, pero fundamentalmente como deportista, me gustaría que lo que demostraron al mundo entero los futbolistas del Barza y del Madrid hace pocos días, sean las dos palabras del título.
UN EJEMPLO A IMITAR
Enrique Bello
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