domingo, 6 de mayo de 2018

OTRO APERTURA PARA EL BOLSO

Fue medio campeonato, pero que da varias posibilidades mas para el final del torneo.
Un campeonato que no fue fácil, por cantidad enorme de dificultades que se le presentaron a Medina desde que asumió. Asumir la conducción del primer equipo, sin experiencia alguna en 1ra. división, solo tercera, era un desafío grande para el cacique que no titubeó cuando le ofrecieron el cargo.
Era brava la parada, sin conocimiento cabal de un montón de situaciones, conformar un plantel, decidir sobre llegadas y partidas, formas de entrenar diferentes, su personalidad para conducir un plantel, con jugadores, experientes y de trayectoria. Entrenar y ya de pique jugar dos clásicos, contra un equipo armado que venía de ser el campeón de la última temporada.
Y se perdieron, porque no existía ensamble de equipo, no habían llegado refuerzos necesarios, recién se comenzaba a andar y el rival sacó ventajas que eran muy obvias y predecibles.
Eso hizo tambalear algunos aspectos, pero la dirigencia y el entrenador creyeron que se podía revertir con trabajo, y así pusieron manos a la obra. 
La búsqueda de un número nueve, era una obsesión, que el morro, no se pudo porque pidieron mucha plata, que Bergessio primero, que el africano, que José Sand, que Granoche, y los días pasaban y la impaciencia se hacía sentir. Al final de nuevo por Bergessio y éste rápidamente llegó, y se puso a la orden pocos días antes de debutar contra Chapecoense de visita. Un zaguero era el otro que se precisaba, porque Rogel no daba pie, Rolín estaba lejos de su mejor condición, y Arismendi daba una mano tanto en derecha como izquierda Erramuspe no se adapta de entrada. Pero había que definirse y aparece en escena G. Corujo, y ya no salió mas. Un desconocido de la mayoría de la gente Cristian Oliva, es puesto de titular , juega muy bien en el medio y no salió mas. Dos aciertos de Medina indiscutibles. Así comenzó la movida internacional, pre libertadores, cuatro partidos con Chapecoense y Banfield, permitieron clasificación a fase de grupos.
Ya Medina captó que con los mismos jugadores era imposible abordar dos competencias y empezó a hacer algo impensado en otros tiempos, jugar prácticamente con dos equipos diferentes. En lo personal no lo compartí y lo digo, porque sería injusto y sucio de mi parte no decirlo. Yo creo en un equipo titular siempre, con alguna variante. Pero lo que hizo el entrenador le dio rédito y ante cuestionamientos de varios sectores, siguió con su pensamiento.
El lo dijo, que ese tema de la rotación se los explicó a los jugadores y estos lo entendieron y aceptaron. Y así fueron al banco, Conde, Polenta, Arismendi, S. Rodriguez, S. Fernández, Espino, Viudez, Romero, Fucile, Bueno, De Pena, Bergessio, Barcia. Nadie dijo nada. Era brava la parada para Medina, manda a la cancha a Neves, Lsvandeira, Viña, Cohelo, estos tienen minutos, no fracasan, los lleva despacio, Aguiar, primero en ser contratado, se va metiendo en el plantel después de su pasado, es arropado, entra y sale, espera callado en el banco, hasta que se lesiona cuando parecía que iba agarrando forma. Pero volverá y creo que dará una mano, también dije en su momento, yo no lo hubiera traído, pero una vez que vino, vamos arriba y a apoyarlo.
Perucci que llega tarde para ser lateral derecho, juega a nivel local, se afianza y Fucile va a la izquierda donde parece rendir mas que en la derecha. Hasta allí todo parecía bien, en lo local se ganaba y mantenía posición de privilegio en la tabla, Espino baja considerablemente su juego, y pasa de ser titular a no ser convocado, hasta que sobreviene la lesión de Perucci, Espino otra vez a escena ante la duda de muchos, juega bien en lo local, contra Santos se manda el partido de su vida, siendo el mejor de la cancha y frente a Danubio se manda otro partidazo y es decisivo para el triunfo y el campeonato.
Las cosas del destino, la desgracia de Perucci le da vida de nuevo a Espino y este responde de maravillas.
El 24 de mayo hay que ir a La Plata, sirven un triunfo, un empate o hasta una derrota por un gol, ojalá sepamos aprovecharlo para pasar a octavos.
El clásico se estuvo muy cerca de ganarlo, pero no se pudo y quedó un sinsabor, mitigado en la última fecha con la consecución del campeonato, ganar en Jardines a Danubio, que para sectores del periodismo parecía una utopía. El llanto se acentuaba en la 102.
Gerardo Bassoreli periodista estadístico del diario La República, vaticinó que a Peñarol no le ganaba nadie, Y Silvia Pérez, hija de una leyenda de Nacional, que nació equivocada, también anunció en el panteón del siglo el campeonato aurinegro, mientras Nacional perdía en Jardines a pocos del final. Les salió el tiro por la culata a los dos. Quieren transformarse en adivinos, antes de actuar con la ecuanimidad de un periodista, y no ocultan, los colores que les tiran. De que imparcialidad pueden hablar, por favor.

Ahora bien, nada de enloquecerse, los hinchas de Nacional no merecemos terminar con el cuchillo en la garganta como contra Danubio, que fue poquito. Se le arrasó en los últimos 20 minutos cuando llegó la noticia desde el panteón del siglo, de que el local ganaba. La pregunta, porqué no se salió a jugar así desde el comienzo mismo, y se evitaba ese sufrimiento final.
Consumo final, bueno, con campeonato logrado, pero para el clausura, hay que reforzar el equipo, y mas si se continúa en la copa, falta un delantero de peso, y un mediocampista de clase. Es mi opinión.


                                                                    Enrique Bello





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