La noticia sacudió la prensa de esta mañana, un dirigente de Peñarol estaría siendo investigado por entregar muñecos de peluche a hinchas de su equipo que denostan a Nacional, sus colores y con inscripciones agraviantes en los mismos. Se comentan que a ese personaje, que nosotros presumimos quien puede ser, lo vieron en el Estadio Nazazzi entregándolos. Y como si eso fuera poco en el Gastón Guelfi , mientras se disputan las finales entre Malvín y Aguada, se habrían encontrado varios de esos muñecos.
A nosotros particularmente no nos llaman la atención, estas cosas, porque ya sabemos, no como actúa a lo que quieren llamar rival tradicional, y no deja de ser un enemigo asérrimo y sucio de nuestra institución durante toda su existencia.
La frase famosa de el manya es traidor, está siempre vigente, y no debemos ignorarla. Esta que estamos comentando es otra mancha mas al tigre.
Ahora bien Nacional como institución, debe de estar en alerta máxima, ante situaciones de estas características, que no hacen otra cosa que perturbar un ambiente, ya de por si complicado en extremo.
Basta de estar pasandole la mano a los dirigentes manyas, que no actúan con decencia de actitudes y procedimientos correctos, porque a mi no me van a decir que cosas como las narradas aquí, no están en conocimiento de los demás dirigentes.
Soy componedor por definición de vida, pero estas cosas provenientes de los aurinegros, son muy habituales. Las declaraciones del cebolla Rodriguez, que ahora se quieren minimizar, pidiendo a sus dirigentes que saquen de las listas negras a gente que ha hecho todo tipo de tropelías, marca de cuerpo entero los procedimientos y actitudes de mucha de la gente vinculada a la institución. No involucro a toda su parcialidad, porque sería injusto también hay gente de bien que no avala estas cosas y merece nuestro respeto. Nadie pone en tela de juicio muchos de sus triunfos y campeonatos a través del tiempo pero de ahí a introducir procedimientos que van mas allá de lo meramente deportivo, hay un abismo. Desde hace ya un largo tiempo, Peñarol y su odio sin sentido a Nacional y su gente, han generado reacciones extemporáneas de nacionalófilos que se han sentido heridos y lastimados en su amor propio y se han equivocado también, y no los justificamos pero los comprendemos.
Ojalá todo esto culmine con una investigación seria, que redunde en algo positivo para todos, y que caigan los que tienen que caer, con el desprecio de toda la gente de bien, que aún hoy repudia acciones como las mencionadas en este comentario.
Enrique Bello
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