En nuestro Nacional, tenemos la maldita costumbre arraigada desde mucho pero muchos años, de descalificar gente consustanciada con la institución de una manera u otra.
Desde ya hace un buen tiempo Nacional fue tomado por las mismas personas, que se han creído poco menos que dueñas del club, se juntan en grupos que no catalogo de políticos sino de amigos tricolores y desde espacios generados adentro y también afuera, se van haciendo conocer para ir colocándose de apoco en búsqueda de objetivos, que a la corta o a la larga se transforman en políticos y no está mal.
Y me apresuro a decir que tampoco veo mal, que hinchas, socios y allegados se preocupen por el andamiaje de un monstruo como lo es nuestro querido Nacional a todo nivel.
Pero lo que si me molesta y digo mas, me rechina en lo mas profundo, es la descalificación de la gente, la proscripción, el juzgamiento apresurado y sin fundamentos, sobre quien puede o no estar en lo previo, generando el deseo de ser partícipe del mundo Nacional.
Acaso quien puede arrogarse poco menos que la propiedad de decisiones, para la que estamos habilitados todos los socios en calidad de votar.
Es claro que esta referencia es hacia Recoba, que ya marcó la cancha con su deseo de postularse en diciembre próximo,como candidato a la presidencia del club.
Y ya desde afuera y no solo el grupo trinchera tricolor, sino que hay otros, cuyos nombres no han trascendido que dicen a voz en cuello, el chino, no está habilitado para ese cargo.
Y pregunto yo, quien lo dijo eso, donde está escrito, porqué un palo en la rueda de semejante tamaño hacia una persona que tiene todo el derecho estatutario, de postularse.
Que fue contratista, y dejará de serlo, y que prestó plata al club con intereses, y cual es el problema.
Acaso yo no me puedo presentar como candidato como se pudo dar en alguna oportunidad, y Juan Pérez, y Manuel González y tanto desconocido, con capacidad que desee hacerlo si es socio votante. Así que crucificamos a la gente porque se nos canta, y si yo lo digo es palabra santa. No es así la cosa.
Los comités, y reuniones casi secretas, no le han aportado nada a Nacional desde toda la vida y no es de ahora el tema.
Menos aún arrogarse el derecho de decir quien o quien. Eso desde mi punto de vista personal es inaceptable. Castas con los mismos de siempre no, hay que abrir el espectro y generar oportunidades a otros, que lleguen al fútbol con ideas renovadoras, modernas y aplicables rápidamente. Recoba a quien traté muy poquito, pero lo disfruté, del que no soy ni amigo personal, que lo entrevisté una sola vez, y a quien no veo hace años, no se piense que lo estoy defendiendo, no nada de ello, sino que me perturba que livianamente se diga así porque si que no está habilitado. Como me molestaría también que se hiciera lo mismo con otros. El derecho a ser partícipe es inaleanable, y hay que respetarlo como premisa fundamental. Lo digo con el máximo de los respetos, no comulgo por principios básicos de vida, que se le baje la mano a nadie sin argumentos sólidos y valederos.
Y si yo digo acá quiero ser presidente de Nacional, que pasa, tendré que sufrir la misma ignominia que Recoba, pulgar abajo. Si tengo gente que me apoya , que me acompaña y que está dispuesta a sacudir los cimientos de Nacional y todas sus estructuras, porque cree en mi, en mi manera contundente de pensar y de actuar, me van a poner el palo en la rueda como me lo puso una vez el famoso Don Dante para los íntimos, creyendo que era dueño de Nacional. Hay cosas que no se saben, que yo nunca dije en pro de la institución que amo, pero que si hablara, la caja de pandora, revienta.
Muchchada tricolor, nunca escribí un blog de este tenor, pero hay veces que la sangre fluye con mas intensidad y nos genera una adrenalina imposible de controlar.
Quiero cambios profundos en Nacional, para cambiar, no para hacer la plancha con aquella frase de si queres conocer a Pedrito dale un carguito. Basta con esto hay que sumar, apoyando a la institución con minorías reglamentarias pero no con oposiciones para decir todo está mal y desaparecer, y de esa manera intentar ser el dueño de la razón para envenenar a las masas,que no están a las horas de los análisis fríos y determinaciones trascendentes.
Enrique Bello
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