A lo que hemos llegado en este país desbarrancado a todo nivel, donde vale todo lo que no debe valer, y no vale todo lo que debería valer. Ojo no es un juego de palabras, es la pura y cruel verdad.
Que nos pasó a los uruguayos que hemos caído tan bajo, cuando nuestro pueblo nunca fue así.
Siempre fuimos ejemplo y copia de otros países y somos el desastre total en todas nuestras acciones, en cualquier orden, meto a todas porque no me viene a la cabeza alguna que merezca ser considerada racional y equilibradamente aceptable.
Resulta que él fútbol, nuestra mas grande pasión deportiva, y en ella metido el clásico, desde la segunda década del siglo anterior, siempre fue una fiesta, una semana antes, durante y una semana después de jugado. Con la gente mezclada en las tribunas, con respeto de unos hacia otros, con sus chirimbolos de aliento y el grito de gol en la garganta para abrazarse con un amigo o familiar del mismo cuadro cuando este se producía. Y uno ganaba y otro perdía y aveces se empataba, y todo el mundo a su casa, unos disfrutando otros masticando su desazón. Y punto, al día siguiente había que ir a trabajar y la vida continuaba.
Así fue siempre, pero resulta que de un buen tiempo a esta parte hay que separar a la gente, la violencia y la mala educación se fueron instalando y los clásicos en vez de una fiesta se transformaron en una guerra de odio desenfrenado y sin sentido que fueron corriendo a la gente de bien.
Y de esa manera fueron llegando de apoco los pulmones en las tribunas del estadio y como consecuencia menos venta de entradas, menor recaudación, menos gente y agujeros inadmisibles, que son un atentado para la visual, personal y de los televidentes.
Pulmón en el centro de la Olímpica, da pena ver eso. pulmones en lo alto de Colombes y Amsterdan, Separación de hinchadas en tribuna América, unos a la derecha otro a la izquierda. Plateas América y Olímpica vacias totalmente, los taludes lo mismo. Zonas de exclusión que obligan a caminar cuadras y cuadras para llegar y retirarse. Tiempo de espera de parcialidades para retirarse hasta que llegue la orden de la policía. Ir en auto un vía crucis, si estacionas por la noche callada, cuida coches, que de tal no tienen nada, cada carucha que meten miedo y prepotentes, y sin gente que los controle, es tema de la Intendencia, piden plata fija cuando dejas el auto con cuota pre establecida, y si no les das fijate cuando volves si tenes las ruedas o los rayones te dejaron el auto como un mapa.
El vallado de la policía es para cuidar delincuentes y no a la gente de bien, horrores de un Ministerio del Interior errático que no sabe como controlar a 500 tipos que ocasionan los desórdenes. Eso se llama ineficacia e ineptitud para dar órdenes claras y concretas, que ayuden al buen accionar de un espectáculo y no a la perturbación enorme que generan.
Pulmones, pulmones y mas pulmones, estamos bárbaro, sigamos así, porque visos de que algo cambie no se vislumbran. Triste todo por donde se le mire, así camina un fútbol uruguayo, que entre dirigentes incapaces, técnicos timoratos para cuidar su chacrita y no perder el laburo, jugadores que entrenan poco para lo que ganan, sobre todo cuadros grandes y además juegan muy mal, equipos fundidos, que juegan a pura pérdida y un periodismo deportivo obsoleto, caduco y cómplice de mucho de lo que pasa, camina reiterativo al máximo, repitiendo y repitiendo la misma mursimónica en aras de cuidar sus bolsillos. Y así transcurre todo, pero hay clásico devaluado y mas pulmones y pulmones, algo que de solo mirarlo averguenza.
Enrique Bello
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