Se terminó un nuevo año futbolístico para Nacional, y para los que esta película la vimos mucho antes que todos, hoy con la tristeza por otra derrota clásica, no salimos a matar a nadie. La teoría del hecho consumado, no es patrimonio nuestro para el agravio, el destrato, la palabra grosera, eso no va con nosotros.
Acá en este espacio y en la radio hemos dicho las cosas, que otros de adentro y de afuera quisieron ocultar. Es allí cuando la tranquilidad de conciencia llega y es en este momento. Nosotros no fuimos ni somos ni seremos dirigentes, porque jamás nadie nos invitó a estar dentro de una directiva, por la sencilla razón de que nosotros llamamos a las cosas por su nombre. Pero se olvidaron que somos hombres de fútbol de toda una vida, que conocemos a la institución de adentro y de afuera como pocos,y conocemos el ambiente del fútbol. Hay muchos que ocuparon cargos de relevancia a los largo de muchísimos años y fracasaron estruendosamente. Pero había que estar para mostrarse y decir yo llegué a dirigente aunque nada se de este tema. Solo, tengo dinero o algún prestigio empresarial o político.
Y así transcurre la vida de Nacional de los últimos tiempos, en un estado de confusión y de deterioro generalizado, imposible de parar. Es tanto lo que se ha errado, que cuesta creerlo y aceptarlo calladamente.
Voy a empezar por la cabeza, que es la directiva, que al día de hoy tiene a varios de sus integrantes queriendo seguir, en algunas listas para el próximo acto eleccionario del 8 de diciembre.
José L Rodriguez ganó la elección anterior por computadora con una lista que para mi no fue bien conformada, sobre todo en los cargos que ocuparon. Se ganó el uruguayo 2016 que fue medio campeonato y mas nada, me refiero a primera división. Es bueno decirlo la gente que entró por la minoría, no me gusta decir oposición, por diferentes e infinidad de motivos generados por desavenencias, y descortesías para mucha gente, desconocidas, y también para nosotros oficialmente, pero sabidas por obvias razones de contactos internos.
Para estar en el fútbol hay que saber de fútbol. Y en ese rubro Nacional fracasó estrepitosamente.
Cuando llegaron estaba Lembo de gerente deportivo, lo dejaron cuando lo debieron haber cambiado, nunca estuvo preparado para el cargo. Estaba Lasarte y cuando lo debieron haber cesado después de perder contra El Tanque en el clausura 2017 faltando 8 partidos y haber probado a Medina a ver que pasaba con él. Se lo advertimos al presidente y compañeros, pero la respuesta fue en la parte fútbol mandan Lembo y Medina, nosotros no nos metemos.
Y Medina empezó en enero, ya de entrada perdiendo dos clásicos con lo que eso conlleva, sus conferencias de prensa nunca conformaron a nadie, siempre justificaciones que no tenían pie ni cabeza. Ganó el apertura jugando mal cantidad de partidos, ganó el intermedio, que no se para que le sirvió. Medina fracasó rotundamente por inexperiente y por tozudo, se equivocó sistemáticamente en las nóminas de convocados, en las de concentrados, en el armado del equipo titular, en los banco de suplentes, en el momento de los cambios, muchas veces mal hechos y otras tantas en forma tardía.
Un plantel del que decían el mejor del medio, lo que era una mentira flagrante, y muchos se la creyeron, cuando no era así.
Pero les vendieron espejitos de colores y compraron sin analizar una realidad que rompía los ojos. El de Nacional ya desde la época de Lasarte que heredó Medina, fue un plantel desbalanceado en todas sus líneas. Sin zagueros de nivel, sin laterales acordes, sin medio campo con elaboración de juego, sin remate al arco, sin desborde por las puntas. Nacional no hace un gol después de un corner a favor, no mete a los rivales en el área. En quince días perdió clausura, tabla anual campeonato uruguayo y quedó eliminado en la sudamericana, con un rival de poca monta.
Hoy a Nacional le hurtaron el resultado, un gol en ofside claro en el empate de Peñarol que un sinverguenza no cobró y vio. Penal a favor de Peñarol para ganar, pero no cobró uno similar a favor de Nacional en otro escándalo.
Seguiremos con el análisis en próximas notas.
Enrique Bello
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