martes, 27 de noviembre de 2018

SOBRE FINAL RIVER PLATE BOCA

Dos  sinverguenzas como los presidentes de estas instituciones deportivas. D ofrio y Angelicci, hipócritas, mentirosos, falsos a la enésima potencia, y como si faltara algo uno de ellos traidor, con su colega, al que le dijo una cosa y le clavó un cuchillo por la espalda.
Acá el tema medular es la danza de millones de dólares que andan volando y que nadie quiere dejar perder. Las intrigas palaciegas han estado a la orden del día, los cambios de posiciones, declaraciones hoy, y otras mañana, frenos de mano, marchas atrás y para mi lo máximo, nadie quiere jugar por miedo a perder y quedar como el mas desgraciado de la historia de la Copa Libertadores.
Y así han transcurrido tres días, que son de lo mas penoso de una competencia en franco deterioro en los últimos años.
La violencia, las mafias enquistadas, en los clubes, con el apañamiento de muchos dirigentes, que de frente dicen cosas muy lindas para la gente, pero se dan vuelta, y entran en la vorágine de un estado de corrupción, que alarma y del  que se mofan llevándose pingues ganancias a sus bolsillos sin el mas mínimo escrúpulo.
El asunto fundamental, es afanar, robar, hacerse de plata mal habida, sea como sea sin solución de continuidad.

Y así está el fútbol, el uruguayo y el sudamericano, y miren que el europeo no le va en zaga.
Lo del presidente Dominguez de la Conmebol, triste a todas luces, uno lo escucha hablar y parece el papa. Una sensación de pobreza verborrágica, un ir para atrás y para adelante como el cangrejo, y como te digo una cosa te digo la otra, parafraseando a un conocido personaje nuestro, vive su momentos de incertidumbre, nunca imaginado.
En ese entorno vive el fútbol sudamericano, una de las páginas mas negras de su historia, que no termina con esto, porque es una novela muy larga cuyos capítulos de futuro son impredecibles.

                                                                          Enrique Bello

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