Lo hizo Polenta, y es un acto de nobleza de cualquier ser humano bien nacido. Pero sus enormes cantidad de errores cometidos en momento cruciales en que Nacional lo necesitó. Lo hacen terminar su actuación en Nacional, con un gol regalado al rival, otra absurda expulsión, la no levantada de otra copa como capitán, como le hubiera correspondido. Y sin saludar a la gente que lo apoyó y en el silencio de un vestuario alegre pero a su vez triste por lo ocurrido.
Una carta pública diciendo de su sentir al irse del club que lo cobijó durante varios años. Si bien hay respeto a la persona, los hinchas no olvidamos la cantidad de desaciertos que tuviste. Tu final en Nacional no debió ser así, pero fuistes protagonista de tu propio destino. También lograste cosas importantes las valoramos y las recordamos, pero sabíamos que tu vida en Nacional iba a ser así.
Sin malhumores te deseamos tengas un futuro venturoso, pero para ello deberás cambiar muchas actitudes que te han ayudado poco.
Enrique Bello
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