Fue el nombre de una vieja y divina canción de la banda Los Shakers de la década de los 70, que los jóvenes de la época disfrutamos y bailamos a pleno a cuanto lugar íbamos.
A que viene este recuerdo, pues está relacionado con el propio título de la nota, para identificar en forma clara y contundente, el desastre que quiere generar Peñarol, con todas sus increibles movidas políticas. Que ya por lo absurdas y falta de equilibrio emocional, de sus dirigentes, presidente a la cabeza, y la mayoría de sus torpes y llorones compañeros, llámese los Ruglio, los Areco, los Catino, agregados a ellos, el entrenador mas vendedor de humo del campeonato, y jugadores livianitos de cuerpo, mente y discretos futbolisticamente, que no pueden salir a flote por vías normales. Llámese a estas, jugar bien y ganar limpiamente, no atacar despiadadamente a los árbitros, no pedir 3 penales por partido, no meterse en la vida de Nacional, que hoy por hoy los mortifica tanto, no fustigar a Alejandro Balbi, a Valdéz, no sacar un miembro del Ejecutivo como Rafael Fernández, y colocar al pobre mozo de Welker, para intentar voltearlo a los 30 días.
Damiani jr. que estuvo 8 años en la AUF, en representación de Peñarol, ahora nada le sirve y quiere sacar a los miembros de Nacional y Peñarol de la AUF. Habla de un problema de credibilidad y sensibilidad. El asunto es romper todo. Nada dicen del sinnúmero de sanciones que han recibido, por obra y causa de una parcialidad permanentemente desbordada en su violencia por malos perdedores. Nada dicen de la enorme cantidad de favorecimientos muy cuestionados por el común denominador, a la hora de llamar a las cosas por su nombre.
Varios equipos levantan la mano para apoyar a Peñarol en su embestida baguala, el pobre y lastimoso Liverpool que en la cancha no concreta nada, pero que con su presidente dueño, de tanto en tanto da mas en la herradura que en el clavo, ésta una mas, increpando a Balbi, porque estuvo en el hotel con la delegación de Nacional en Lanús. Que chiquitéz Palma, levante su punto de mira. Hay otros cuadros del sistema que van a acompañar a Peñarol, El Tanque, Cerro, Juventud de las Piedras, Danubio con el Dr. Goycoechea, al que la prensa le rinde pleitesía por su forma de actuar, que siempre que puede tira dardos contra Nacional, y Jaulonka presidente de Defensor, otro que viste y calza y que no genera mucha credibilidad, con sus declaraciones, y su actuación en el fútbol.
Bien el presidente José Luis Rodriguez, aún con algunos atisbos de inexperiencia, que el mismo reconoce, pero está aprendiendo y ya se mueve en el ambiente con mejores participaciones.
Analicemos, Peñarol con Damiani y sus boys, por un lado dicen no somos partícipes de la quita de puntos, ya se vio que no ha dado resultado, quien esto escribe piensa igual, hay que cambiar eso, pero resulta que Damiani va a la AUF y cambia el trole, diciendo que había que haberle sacado a Nacional los tres puntos frente a River Plate. Quien entiende a Damiani jr. ni él mismo, va para atrás y para adelante como el cangrejo. El tema que lo preocupa es que su institución está hecha pedazos y tiene que jugar para la tribuna, y la enorme presión que esta le genera en un año electoral.
Nacional en alerta, moviéndose acorde a las circunstancias, los manyas tienen que ensuciar la cancha fieles a su tradición histórica, porque se les vino la noche a varios frentes.
Fueron a la AUF a ROMPER TODO, no les salió la jugada, en cualquier momento piden jueces extranjeros, seguirán pidiendo penales porque no le hacen un gol ni al arco iris, los golea cualquiera, ya están a seis puntos del Bolso, pierden politicamente, se pelean entre ellos en una interna feróz, con pretensiones de poder entre muchas facciones.
Ese es el Peñarol de estos tiempos, con el que Nacional se viene haciendo un festival, hace largo rato. a todo nivel.
Malos perdedores consuetudinarios, eternos, que en vez de barrer para adentro todas sus desventuras y desaciertos, tienen el pujo de la desesperación por criticar y denostar cualquier cosa, con una sola finalidad que los tiene destruídos.
ROMPER TODO
Enrique Bello
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