UN PENAL POCAS VECES VISTO

Si  tal cual lo tuvo que padecer Nacional, al no ser cobrado en su favor, en el propio Pque Central, y que fue observado con extrema claridad por todos los asistentes al partido. Fue tan burdo el mismo, que cuesta creer como un árbitro internacional y sus colaboradores no lo hayan visto. Las dudas sobre algo mal intencionado se instalaron en el comentario de hinchas, dirigentes y periodismo, en forma unánime.
Pero el resultado no lo cambia nadie, ganó Botafogo, un cuadrito muy limitado, que era imposible que se llevara el triunfo que finalmente consiguió. Nacional salió a la cancha con dos ausencias muy grandes, y lo sintió, así y todo arrasó en el primer tiempo a su rival, jugó muy bien treinta minutos, con un Viudéz excluyente, pero erró tres goles imposibles y eso a la larga lo pagó caro. Nadie sabe si se hubiera cobrado el penal escandaloso que se vio, cuando el resultado era cero a cero, si se convertía o no, pero que la posibilidad estuvo no hay ninguna duda y generó un enorme perjuicio, que vaya a saber uno, el consumo final de esta clasificación allá por el 10 de agosto en Río.
Ahora vendrá la protesta ante la Conmebol, pidiendo la cabeza de esté chileno bandido y deshonesto, porque el vio el penal y no lo cobró, y eso es imperdonable. También el línea.
Acá hay mucha plata en juego, un tema que no se puede dejar de lado al margen del deportivo. 
Pero hay otras cosas para decir, y que hay que decir al margen de la bronca que los hinchas tenemos. Si tenés tres chances de gol clarísimas a favor y no las convertís, es imposible que ganes.
Primer tiempo soñado, bronca total en el intervalo, perturbación innecesaria en el vestuario y un segundo tiempo para el olvido, cuando había que empatar y ganar a un equipo mediocre, pegador en extremo, y al que el juez también se lo permitió. Pero así y todo, jugando mas serenamente, sin tanto pelotazo y centro a la olla, sino jugando al fútbol, el partido se ganaba. Pero acá hay que hacer un alto para hablar de algo que se habla muy poco. Los jugadores uruguayos, y no me refiero solo a los de Nacional, sino en general, se perturban muy fácilmente ante la primera adversidad que se les presenta, y eso los saca mentalmente de lo que están haciendo. Si el árbitro falló, porque se equivocó, o porque fue mal intencionado en el manejo de alguna situación, ya está; cobró o no cobró como ayer, pero no se puede desconcentrar un equipo como en el caso de nuestro Nacional, de la manera que lo hizo.
Y eso le costó carísimo, el segundo tiempo, cuando mejor había que plantarse, jugó muy mal, hay una denuncia clarísima de los errores cometidos, adentro y afuera de la cancha por el entrenador, el golero de Botafogo, no hizo una sola atajada de riesgo en todo el partido. Y eso habla por si solo, de lo mal que se manejó nuestro equipo en el segundo tiempo. Pumba y pumba, los cambios de Lasarte no cambiaron nada, porque fueron hechos sin pensar, mandó a Ramirez a la derecha, cuando este es gravitante o era siempre por la izquierda. Al botija Cohelo lo tira a la cancha en un partido internacional y en derrota cuando ni siquiera lo había puesto algún minuto en el torneo local. Que podía hacer el muchacho, nada, y faltando diez minutos a Liguera, para que pregunto yo, ha bajado su rendimiento y quedó plasmado en la cancha.
Después su conferencia de prensa para quejarse, del despojo,pero nada de autocrítica sobre cosas que había que decir.
Para escribir esto me tomé el tiempo necesario de reflexión y análisis, hace rato mucho rato que lo he dicho con convencimiento, de que Silveira no es jugador para titular en Nacional, un número 9 tiene que hacer goles y Silveira no hace goles, erra goles imposibles, no sabe cabecear, es voluntarioso, pero para jugar en Nacional con eso no alcanza. 
Aguirre; no estando ayer en el partido, fue el mejor de la cancha, con él y frente a este equipito de Botafogo, se ganaba igual, así no te cobraran tres penales. Una lástima su ausencia.
Nacional al encuentro lo luchó, en el segundo tiempo, no lo jugó y por todo ello se perdió, porque la locura y el descontrol mandaron mas que el equilibrio y la razón.
Algún día deberemos de aprender, que después que un juez pitó o no pitó algo que nos perjudica, hay que seguir batallando.
En Río de Janeiro este equipo es ganable totalmente, hay que ir con esa mentalidad con dientes apretados pero jugando al fútbol, no a la pelota, jugadores tenemos, plantel también, pero el técnico tiene que serenarse, ayer en el Pque Central, a los jugadores, les trasmitió una ansiedad desproporcionada, y  así nos fue. No lloro, no es mi costumbre nunca lo hice en mi vida por un resultado adverso. Solo digo lo que vi y lo que pienso, esperando la revancha con gran esperanza. Por todo lo expresado, es que soy hincha de cuadro grande.


                                                                       Enrique Bello