Fue la última conquista internacional de un equipo uruguayo, era la tercera Copa Libertadores de América para nuestro Club Nacional de Football. Era 26 de octubre de 1988, no había sido fácil todo el proceso previo para llegar a esa conquista. Nuestro Nacional en los primeros meses del año no estaba bien y poco hacía pensar que las cosas se fueran a dar como finalmente ocurrieron.
Tal fue así, lo recuerdo perfectamente, que mucha gente nos pedía algo como si nosotros tuviéramos alguna solución. Y éramos de la Olímpica, hinchas como cualquiera en la mejor tribuna del estadio.
Sin fanatismo enfermizo como el de muchos que por su amor a Nacional tienen el cerebro flechado, analizan poco y ven todo maravilloso y festejan cualquier cosa, hasta las que no vieron. Pero bueno eso es el fanático, no el hincha racional, existió, existe y existirá. Cada cual con su cada cual.
Un día alguien en el Palco bajo del estadio donde normalmente se sientan los dirigentes, mirando un preliminar, me dijo, che Enrique, vos que tenes alguna experiencia, porqué para sacudir el ambiente negativo que hay en el club, no sacas al aire un programa partidario. Lo miré y le dije estás loco, que queres arruinarme la vida, yo te ayudo expresó y ahí terminó el diálogo. Pasado los días la cosa continuaba convulsionada, Nacional no daba pie en bola, y contesté, vamos a hacer lo que me pediste. Pusimos manos a la obra, y mientras buscábamos como llevarlo a cabo, Nacional con resultados favorables se iba acomodando en la copa. Pareció que nuestra decisión sin que muchos la supieran, hubiese sido la llama de la suerte que se encendía, casi como una premonición de algo importante para la institución.
Mientras lo deportivo mejoraba, el programa partidario que rompería con todos los esquemas periodísticos de ese tenor, tomaba forma. Ya había una fecha de salida al aire 17 de noviembre de 1988. Pero no había nombre para el mismo, porque queríamos algo diferente y que se consustanciara con los hinchas.
Mientras tanto Nacional avanzaba en la copa a pasos agigantados y el entusiasmo y la buena onda que nosotros creímos tirarle encima, avizoraban que el final podía ser de gloria.
Y lo fue nomas, y llegó la final con el muy buen equipo rosarino, con jugadores de gran jerarquía que triunfaron en el exterior, por nombrar uno solo Gabriel Batistuta, y el trinunfo llegó, fue una noche inolvidable de festejos, donde el Cr. Mario Garbarino presidente en aquel momento, había quedado muy mal trecho animicamente por la derrota en Rosario donde estuvimos presentes.
A la salida del mismo, lo encontré en un restaurante cenando con Leos y Grondona y al verlo caído animicamente le dije, festeje contador que en pocos días somos campeones de América.
Me miró y me dijo si eso ocurre como ud me lo dice, lo quiero al lado mío en el momento de recibir la copa.
Y el destino quiso que todo fuera tal cual me lo dijo. Cuando el Hugo de León llegó al Palco con la Copa Libertadores, me llamó antes que otros dirigentes y cumplió lo prometido, me hizo recibir y besar la copa junto a mi hijo Gabriel de 11 años antes que a los dirigentes.
Pero faltaba algo importante en aquella noche de festejos interminables, el programa partidario, aún no tenía nombre y como si el destino, nos marcara, el tablero electrónico de la Colombes hacía tintinear a toda velocidad dos palabras inmersas en nuestro corazón hasta nuestros días, mientras los hinchas a viva vos las coreaban desde las cuatro tribunas.
DALE BOLSO, DALE BOLSO DALE BOLSO
Ahí está el nombre del programa gritamos a viva voz a quien nos quisiera escuchar, sin saber de que hablábamos.
Y así fue tal cual. El 17 de noviembre de 1988 aquel año inolvidable para nosotros, por el logro conseguido a fuerza de un enorme sacrificio, también nosotros en este 2018 cumpliremos 30 años consecutivos, con el mismo nombre de programa y bajo la misma conducción, para seguir vibrando al conjuro de lo que rodea a esta institución sin igual en el mundo entero, y para deleite de los que somos parte de su gran colectividad.
SALUD NACIONAL Y TU GRANDEZA
INIGUALABLE
Enrique Bello
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