domingo, 21 de octubre de 2018

OTRO CLASICO QUE SE DEBIÓ GANAR

La tarde del sábado 20 comenzó bajo los mejores auspicios, una goleada espectacular de los chicos de tercera sobre Peñarol por 4 a 0, con baile incluido y con 3 goles de Thiago Vecino que se llevó la pelota.
A las 15 vino el clásico de primera, Medina sorprendiendo con la inclusión de Ocampo como titular, y la puesta en cancha por presión de la gente de papelito Fernández.
Un primer tiempo malo, donde Peñarol tuvo dos chances claras de gol y Nacional una. Pero apareció mas compacto y con mas fútbol el rival. Nacional mucho pelotazo de Erramuspe, Rafa García y Espino, que para nada servían. Fucile ya con tarjeta amarilla a los nueve minutos, lo ponían al filo de la navaja.
Sin grandes cosas, a lo sumo la buena marca sobre el cebolla Rodriguez que ejercieron Oliva y Romero en el doble cinco minimizaron la labor del mejor jugador rival. 
Después de ello mas nada y así se fue un primer tiempo que dejó abiertas las interrogantes sobre lo que podría pasar en el segundo.
Y al minuto un gran pase de Bergessio le permitió a Sebastián Fernández abrir el marcador. Eso tranquilizó a Nacional y puso nervioso a Peñarol. A los dos minutos Bergessio por dos veces se pierde un gol increible que pudo haber liquidado el partido.
Peñarol no llegaba, Conde no hacía atajadas de ninguna clase, solo algún centro llovido y todo parecía encaminarse a una victoria tricolor. Un error defensivo en lo alto le permitió a Viatri cabecear y empatar un partido para lo que Peñarol había hecho poquito.
Quedó en evidencia que Nacional, no sabe mantener un resultado favorable, tiene problemas graves en defensa, dificilísimos de solucionar, en un futuro cercano de definición de campeonato. Pero además no tiene fútbol en el medio, falta elaboración porque nadie piensa, las subidas por los laterales son malas, no hay desborde, no  existe pase en profundidad, falta remate al arco. Nacional no supo ganar un partido para el que tuvo todo, se le fue como el agua entre los dedos a ocho minutos del final.
Medina que tiene un mareo bárbaro en la conformación de un equipo titular definitivo, en el banco de suplentes, y ni que hablar en los cambios. Ayer se quedó si hacer uno con jugadores cansados. Es cierto era bravo sacar a alguien, porque por ejemplo en el medio Oliva y Romero seguían anulando a Cristian Rodriguez que así y todo se las ingenió para generar el empate.
Espino de mal partido, por el dos uno que le hicieron Gonzalez y Canobio, tuvo que ser ayudado por el chori Castro bajando y desgastándose innecesariamente hasta terminar fundido, pero de todas maneras haciendo muy buen partido. 
Barcia que continúa becado por Medina sin justificación alguna, sigue jugando, mal Medina en eso, Aguiar el único jugador del plantel con Sebastián Rodriguez que puede meter un pase filtrado, un remate al arco, con pelota quieta o en movimiento, fue dejado de lado, nadie sabe porqué, Medina es el responsable. Ayer cuando coloca a Barcia, el que debía entrar aunque no es santo de mi devoción por su irregularidad y no por sus enormes condiciones técnicas, era Viudez, al que el entrenador lo llamaba y le decía veni muchacho, entrá, encará y ganá el partido vos que podes, es la última chance que te doy aprovechala. Pero Medina se vuelve a equivocar una vez mas y no intenta ganar un partido que era  vital.
Lo hemos dicho hasta el cansancio el cacique está verde y mal asesorado por quienes lo rodean. No puede y no sabe ganar un clásico desde afuera de la cancha. Seguirá, no se trata de sacarlo al boleo, pero debería ser menos tozudo a la hora de manejar a todo el plantel que tiene, que no es gran cosa, pero que si, hay varios buenos jugadores a los que no sabe sacarle los frutos deseados.
Castro, Bergessio y Oliva los mejores, igual no alcanzó para ganar. No va a ser fácil el futuro, en lo local y en lo internacional si Medina sigue con su terquedad de no colocar en cancha definitivamente un equipo titular titular, que juegue y juegue seguido y que los jugadores se sientan seguros y no con la incertidumbre de saber si son son convocados, concentrados y colocados en el equipo. Ese es un tema medular del que muchos aún no se han dado cuenta. Incluso dirigentes, que le pregunten y le llamen la atención sobre varias cosas.

Un final que dejó mas conforme a Peñarol, y que como corolario del silencio con que se fue la gente tricolor normal, se empañó mas con ese estropicio mostrado en la Colombes, por gente sin cerebro que no va a ver un partido de fútbol, sino a ejercer apología de la violencia dañando la imagen de la institución toda. Que naturalmente y como correspondía sacó un comunicado deplorando un hecho, bochornoso que no tiene la mas mínima justificación por lo absurdo, torpe y canallesco. Inaceptable para los bien nacidos de un país que ya ha entrado defintivamente en el peor momento de su historia contemporánea desde el punto de vista educacional y mental, del que no se hace nada por combatir lo indeseable, por parte de  autoridades con mano firme

                                                                        Enrique Bello





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