Nacional ha jugado diez partidos oficiales, en un mes y algo, cinco por el campeonato local y cinco por copa Libertadores.
En un hecho totalmente diferente al común denominador, Medina resolvió jugar con dos equipos totalmente diferentes.
En primera instancia, se podía comprender la situación, dado que se iban a jugar cinco partidos los días miércoles y había que cuidar el desgaste de los futbolistas cada pocos días. Hasta ahí, uno podía entender lo que resolvía el entrenador.
Pero poniéndonos a analizar mas en profundidad el tema, llegamos a conclusiones que consideramos desacertadas de Medina y todo su entorno.
El viaje a Chapecó fue en vuelo charter, cómodo, rápido y sin inconvenientes, se jugó y se ganó sin un esfuerzo desmedido.
Después acá con equipo alternativo por las razones ya expuestas.
Vino Chapecoense al Parque Central, y se le ganó también sin grandes contratiempos. Se volvió a jugar a nivel local con otro equipo. Banfield fue rival en Buenos Aires, con un vuelo de veinte minutos sin sobresaltos y nada que generara cansancio en el plantel.
Otra vez en lo local con equipo alternativo, luego Banfield de local y se ganó para clasificar a fase de grupos.
No hubo lesionados de importancia, pero Medina seguía sorprendiendo con sus decisiones, y dos equipos absolutamente diferentes afrontaban la doble competencia.
Sorpresa para muchos, también para nosotros, que veíamos que los rivales futuros iban a ser de otra calidad, y ninguno de los dos equipos que el técnico ponía en cancha, daban sensación de buen juego y tranquilidad al margen de que no habían perdido. Llegó Estudiantes de la Plata, ni sombra del equipo pincharrata que viéramos en otros tiempos, pero con tres o cuatro jugadores de buen nivel, experientes, de trayectoria internacional, que conocedores de sus carencias actuales llegaron a defenderse con cinco y mas hombres y que en un par de contragolpes casi se llevan una victoria que hubiera sido injusta e inmerecida. Una denuncia para Nacional fue que el golero Andujar no hizo una sola atajada que fuera realmente con peligro de gol. El empate fue justo, ya lo expresamos en otro comentario, no vamos a redundar.
Si uno observa a nivel del continente, ningún equipo hace lo que hizo Nacional, jugar con dos planteles diferentes.
Nadie sabe quien es titular y quien no, mas allá de que jueguen y se muevan todos los jugadores, la incertidumbre dentro y fuera del plantel, se transforma en la dueña de la situación.
Ya lo hemos expresado por radio varias veces y también en estos comentarios, que se estaba cometiendo un error garrafal por parte de Medina, y que esto iba a ser pan para hoy y hambre para mañana.
Dicho y hecho, al Nazazi a jugar con Progreso, recién ascendido, equipo pobre económicamente, con las dificultades propias del fútbol uruguayo. Se lo comió crudo a Nacional, los noventa minutos jugando fútbol rápido, moderno y efectivo. Y al igual que Andujar contra Estudiantes el golero Techera de Progreso, solo sacó una pelota sobre el horizontal ante un remate de Aguiar en el primer tiempo. En el segundo jugó de traje y corbata, no transpiró en la calurosa tarde del prado.
Y ahora que va a hacer Medina, se le empacó la yegua y no la puede dominar, porque en su cabeza podrá pensar lo que quiera, pero no tiene lo mas importante , una estructura de equipo titular.
Que semanita te espera cacique, vas a tener que barajar y dar de vuelta, llega Defensor al Parque y el tema no es sencillo, mas allá de que no es el violeta del año pasado, pero será complicado.
Y cuatro días después el Santos, que ya marchó con Garcilazo en Perú, pero ojo es brasileño y presumo que debe ser mas que el Chapecoense, y todavía como local.
Yo no se si queda bien decirlo, pero presumíamos que ocurriría esto.
Medina aún inexperiente, tendrá que luchar con sus contradicciones y errores para mi muy importantes.
En la quinta fecha ya se perdió la punta del campeonato por lo cual seguir perdiendo puntos, no es buena cosa.
Ya es la hora de un equipo titular que juegue junto y seguido y basta de inventos que a nada conducen. Querer ser distinto a los demás, en la vida, lleva a cometer muchos errores y que al final se terminan pagando caro. Si no pregunten a Progreso que llegó en silencio y se fue haciendo un ruido bárbaro después de darle a Nacional un vinillo de aquellos.
Enrique Bello
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