jueves, 6 de abril de 2017

TRES AÑOS

No hubo garrafas, solo bengalas, mucha seguridad, preocupación de muchos, y el susto de ver una camiseta blanca con un escudo sobre la parte izquierda, es decir el corazón. Un equipo que llaman el de tres huevos, nuevamente se  quedó sin ninguno, y no pudo ganar un partido, que es bueno decirlo, no hizo mucho para ganarlo porque Conde no hizo una sola atajada en el partido y le convirtieron de rebote.
Ya van tres años y once partidos sin que logren un triunfo clásico, el dominio tricolor en la estadística es abrumador.
En un partido que fue malo a todas luces, el manya pareció por momentos jugar mejor, pero jamás inquietó el arco tricolor.
Eso ya es una denuncia de inoperancia, que nuestro Nacional no capitalizó porque jugó muy mal primer tiempo en todas sus líneas. Dos actuaciones para el olvido, increible que salieran a la cancha en el segundo tiempo, Viudéz y K Ramirez, éste con un susto que ponía los pelos de punta a la tribuna, con una falta de vibración que irritaba a cualquiera. Lo de Viudéz desordenado como siempre, nunca se sabe para donde va a salir y menos de que juega, fue otro desastre del primer tiempo y eran los dos que por afuera tenían que generar fútbol a los del medio, llámese Silveira y Fernández. Y así era imposible. Los laterales Fucile y Espino tampoco aportaron, y entoces la lucha se gestó por parte de Arismendi y Romero que frente a rivales con mejor manejo de pelota igualmente se debatieron sin fracasar.  Atrás Polenta y Rafa García frangollaban una y otra vez, pero como el rival no inquietaba, Conde vivía tranquilo.
El segundo tiempo, se presumía con cambios en Nacional, pero está visto que Lasarte no se maneja así, debe haber sido el  único en el estadio que no se dio cuenta que Viudéz y Ramirez pagaban 2.40 para irse, pero el técnico recién a los catorce minutos, los borró de la cancha, tal cual se esperaba. Lozano y Aguirre a la cancha, el primero que tiene aire en la cabeza y piensa poquito, se hizo expulsar y complicó aún mas las cosas.
El panorama no era alentador, Aguirre se fue a la izquierda y con su potencia empezó a complicar, Peñarol asustado seguía sin llegar, salvo alguna corrida aislada que Polenta ya de mejor rendimiento se encargó de solucionar con varios quites importantes y subidas al ataque, mas con fuerza que fútbol.
Silveira absorbido por los defensas rivales, que lo encimaban y como el moreno juega de espaldas al arco, perdía gravitación su juego. Así entró Liguera, el único jugador pensante que tiene este Nacional. Ya con diez, se arriesgó mas en busca de un empate que demoraba mas de la cuenta, porque Peñarol  se replegó a su zona y se conformó con el 1 a 0. así a base de fuerza, temperamento, ganas y mayor experiencia de sus jugadores, con Arismendi como estandarte, Polenta haciendo quites y mandando desde atrás. Un cabezaso del mama generó desconcierto en el rival y Aguirre ya en descuentos los mató con un misil a 105 kilómetros por hora, que pocos vieron en el estadio, y lo mas hermoso del final, 1 a 1 que fue justo, pero que dejó a las tribunas manyas, en silencio sepulcral, y muertos.
Juro que me dio pena oir los sonidos de un silencio carbonero, que de una gloria que presagiaban, junto a muchos medios periodísticos, ansiosos, pasaron al llanto y la tristeza del querer y no poder, nada menos, que durante tres años.
Todo el mundo habla de una expulsión a Aguirre que no se produjo, porque la amarilla estuvo correcta, fue fuerte pero no tocó al jugador de peñarol, ya que llegó primero a la pelota, y la caída fue aparatosa. Algo había que decir, por los que sufren, mas favorecidos que nunca.

Lo aclaro , no me gustó Nacional, nunca jugó bien, en todo lo que va del campeonato, siempre sin fútbol fluído en medio campo, allí falta gente, pregunto, Silveira es número 9, pero y los goles para cuando. Es cierto juega de pivot, pero tiene la obligación de hacer goles y no los hace. 
Un final de alegría para el Bolso, que disfrutó a rabiar, un técnico que no me ha convencido para nada en este su nuevo ciclo, comete errores importantes de integración y en el manejo de los cambios, no considera para mi a un jugador interesantísimo como Sebastián Rodriguez, y tampoco al pibe Carballo, que pueden aportar cosas distintas y pone jugadores que no vibran en partidos importantes.
Nacional quedó solo primero, pero debe mejorar totalmente, jugando como ayer sobre todo en el primer tiempo, no le alcanza para salir campeón. No quiero escuchar hablar de cansancio, son profesionales y juegan para ello, deben asumirlo, y cambiar mentalidad.
El manya triste, una vez mas, y calentitos los panchos, hoy algunos hablan, dirigentes, lloran y sufren su desdicha, y los jugadores aurinegros una vez mas quedaron mirando la fiambrera con otro resultado adverso.


                                                                   Enrique   Bello

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